Entorno

Dimas Rizzo: “No podemos crecer en masa, somos realistas, no hay más tierra disponible”

El presidente de Espalgodón, la asociación interprofesional que aglutina a la industria algodonera española, reconoce que el sector en España es muy pequeño y que la superficie de siembra está acotada, pero confía en los grandes operadores para sobrevivir.

Dimas Rizzo: “No podemos crecer en masa, somos realistas, no hay más tierra disponible”
Dimas Rizzo: “No podemos crecer en masa, somos realistas, no hay más tierra disponible”
Dimas Rizzo es presidente de Espalgodón.

C. Juárez

27 sep 2022 - 05:00

Se cultivó por primera vez en India y hoy es la segunda materia prima de la moda. En este nuevo Insight, patrocinado por Bcome, Modaes repasa los principales datos del oro blanco de la moda, el algodón, desde cuáles son los principales polos de producción en el mundo hasta su cultivo en España.  

 

 

Dimas Rizzo vive por y para el algodón. El presidente de Espalgodón, la asociación interprofesional de los productores y desmotadores de esta materia prima en España, ha sido el artífice de que el algodón español se alíe con Better Cotton Iniciative (BCI), que Inditex firme una colaboración para promover el algodón orgánico y que en Europa esta materia prima gane visibilidad. Rizzo reconoce que el algodón español no puede crecer más, porque no hay más superficie, “no podemos crecer en masa, somos realistas y sabemos que no hay más tierra disponible”, defiende que sí puede ganar tamaño convirtiéndose en un hub de algodón sostenible si los gobiernos, instituciones y empresas le tienden la mano.

 

 

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Pregunta: ¿Existe hoy en España en el mapa del algodón?

 

Respuesta: Nosotros hacemos el comparativo del algodón europeo. Hablar del algodón español frente al mundial es nada. Si en el mundo se producen 28 millones de toneladas de fibras y en España sólo 70.000, no llega ni al 0,1%. Sumando el de Grecia, el algodón en Europa supone el 2% de la producción mundial, teniendo en cuenta que nosotros somos muy pequeños. Es de mucha calidad, fiable y deseable por parte de la industria textil, pero es una producción muy pequeña, que no molesta para nada.

 

 

P.: ¿Tiene capacidad España para convertirse en un hub importante de producción de algodón?

 

R.: La dimensión de nuestro sector es la que es. Podría ser mucho mayor, pero no va a ocurrir por la competencia del resto de los cultivos y no tenemos tierra suficiente para que se produzca ese incremento deseable. Aspiramos a mantenernos en las 70.000 hectáreas anuales, si baja, nos tiembla el pulso. Este año, por ejemplo, es un año para olvidar, porque no ha habido agua para hacer el cultivo normal.

 

 

P.: ¿Con quién compite el algodón en España?

 

R.: Con Grecia, aunque más que competidor, somos aliados. Tenemos una facilidad enorme en conjunto para colocar nuestro algodón, que todos los años se vende muy rápido y nunca queda stock de almacenaje. Tenemos una gran agilidad, motivada porque en conjunto somos los primeros productores del hemisferio norte.

 

 

 

 

P.: ¿Cómo debe adaptarse el sector algodonero en España a los requisitos de sostenibilidad?

 

R.: La sostenibilidad hoy es la palabra, si no, estás fuera de todos los parámetros y exigencias de toda índole. El líder mundial de la industria textil, Inditex, huye de ti si no haces algodón sostenible. Sostenibilidad es hacer un cultivo que respete el medio ambiente y haga un uso óptimo de los inputs que utiliza. Es la clave hoy y lo continuará siendo durante mucho tiempo.

 

 

P.: ¿Cuál es la relación con los gigantes del retail?

 

R.: Nosotros estamos abiertos a tener todos los contactos no sólo con la gran distribución, sino también con todo tipo de empresas. Con Inditex hablamos de la posibilidad de hacer algo juntos y avanzar en el algodón ecológico. Con ellos también podemos trabajar la sostenibilidad y quitar los absurdos de llevar nuestro algodón a Bangladesh y volverlo a traer a España en forma de camisetas.

 

 

P.: ¿Qué supone la alianza con BCI?

 

R.: Como productores de algodón no teníamos otra alternativa que aliarnos con Better Cotton Iniciative porque está formado por un conglomerado mundial de las mayores empresas textiles. Cada vez se va produciendo más demanda de este tipo de algodón.

 

 

P.: ¿Es una oportunidad?

 

R.: A escala mundial, la producción de algodón bajo la etiqueta BCI es una cuarta parte del algodón mundial. Eso quiere decir que BCI no cubre toda la demanda de algodón, por lo que nos da una oportunidad a los productores más pequeños. Aunque también es una obligación, porque el mercado donde nos movemos nos lo exige.

 

 

 

 

P.: Los certificados están en duda, ¿por qué el BCI?

 

R.: Porque tenemos un sistema equiparable al estándar BCI. La organización ha estudiado nuestro sistema de producción integrada y se están dando pasos para que se produzca una homologación. Estamos en un proceso de benchmarking en el que hacemos un estudio en el que se comparan las exigencias de ambos estándares en todas las cuestiones. Se identifican todas las diferencias, que luego hay que corregir. Estamos ahora en ese proceso, en el que participan un equipo del BCI, Espalgodón, la Consejería de Agricultura de Andalucía y una consultora.

 

 

P.: ¿Puede todo el algodón que se produce en España cumplir con los requisitos del BCI?

 

R.: Nuestro objetivo es que el 100% del algodón que se produzca en España entre dentro del BCI. Ahora, el 80% de los agricultores están acogidos en nuestro sistema de producción integrada.

 

 

P.: ¿Cuándo dejará de ser más caro el algodón orgánico?

 

R.: Ahora mismo el algodón orgánico casi no existe, por tanto, no se puede establecer un comparativo. Lo que sí está claro que es hay grupos que se comprometen a comprar este algodón más caro, porque hay que hacer un esfuerzo.

 

 

 

 

P.: ¿Cuáles son los principales retos para el cultivo del algodón?

 

R.: Ahora mismo tenemos un problema de la sequía, que es el reto mayor. En cuanto a retos de otra índole, estamos en el proyecto de Better Cotton para que el algodón español sea homologado con el resto del algodón con esta etiqueta en el mundo. Por otro lado, la alianza europea del algodón que tenemos con los productores en Grecia se ha presentado a un programa de promoción en Bruselas y nos han dado un presupuesto de dos millones de euros para promover la marca Eurcotton en cinco países europeos. Otro reto es buscar otras fórmulas de cultivar, como es el algodón ecológico, porque no es fácil de que los agricultores vayan adaptándose a la velocidad que les gustaría. También estamos buscando mayor superficie elegible para siembra.

 

 

P.: ¿Qué echa en falta de las administraciones? ¿Faltan ayudas?

 

R.: SÍ. Por ejemplo, habría que tener más ayuda a la hora de sembrar el algodón ecológico, porque este tipo de cultivo necesita más mano de obra para quitar las malas hierbas, ya que no se pueden utilizar herbicidas.

 

 

P.: ¿Debe tener más peso el algodón en la política agraria frente a otros cultivos?

 

R.: La situación ideal sería poder retornar a la superficie habitual de siembra, de 70.000 hectáreas anuales, que se han ido reduciendo paulatinamente. Nosotros no necesitamos crecer en masa, porque somos realistas, y sabemos que no hay más tierra disponible. Lo que sí necesitamos es la investigación en las variedades de siembra y semillas que se utilizan, como las de fibra larga, que se demanda mucho en la industria textil.

 

 

P.: ¿La subida de los precios del algodón beneficia a la producción en España?

 

R.: El mercado del algodón es un mercado muy especial, porque intervienen factores que no puedes controlar. Por ejemplo, China manda mucho en los precios del algodón y si allí se toma la decisión de comprar algodón, esa política hace que el mercado internacional suba, y viceversa. Lo que nos gustaría es que los precios se mantuvieron a niveles más constantes y regulares. Hay una volatilidad muy fuerte porque depende de la política de los grandes productores.