Entorno

Xavier Mena: “Si la economía china cae, el resto va detrás”

La guerra comercial entre Estados Unidos y China se ha extendido a Europa, donde los diferentes Estados miembro se debaten entre implementar aranceles (sabiendo que el gigante asiático hará lo propio) o no apoyar a su aliado. 

Xavier Mena: “Si la economía china cae, el resto va detrás”
Xavier Mena: “Si la economía china cae, el resto va detrás”

Celia Oliveras

17 oct 2024 - 05:00

La gran victoria del expresidente de Estados Unidos es, para Xavier Mena, la construcción del relato alrededor de la industria made in America. El profesor destaca cómo el magnate ha conseguido, incluso, virar el posicionamiento de los demócratas, tradicionalmente más proteccionistas, así como el de los propios republicanos, que siempre se han alzado como defensores del libre comercio. La descentralización de muchas empresas a China, por los bajos costes salariales, en detrimiento de la red industrial del país, ha sido el caldo de cultivo perfecto para el discurso de Trump.

 

 

Revista Modaes número 52

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China despliega su artillería para reanimar su economía. El 24 de septiembre, el presidente del Banco Popular de China (el banco central del país), Pan Gongsheng, anunció un conjunto de estímulos monetarios, incluyendo el recorte del tipo de interés de referencia, el del tipo hipotecario para viviendas existentes, una reducción del coeficiente de reservas y un paquete especial destinado a animar el mercado bursátil. El objetivo: proteger su posición en el mundo.

 

 

 

 

Los retos a los que se enfrenta la economía china son estructurales y coyunturales. El envejecimiento de la población, por un lado, que está afectando a toda la población mundial, ha tenido un efecto aún más grande en China, regida durante años por la ley del hijo único. La distribución irregular dentro de la geografía, además, genera grandes desigualdades entre las zonas costeras, industrializadas y con un tejido productivo, y el interior, que lastra el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del país. Además, el gigante asiático está inmerso en problemas coyunturales, como es la crisis inmobiliaria que arrastra y que ha dejado endeudado a un porcentaje alto de la población en el país.

 

“La burbuja inmobiliaria que ha estallado en China es, probablemente, la mayor de toda la historia de la humanidad, y ha arrastrado consigo al crecimiento del país”, sostiene Xavier Mena, profesor del departamento de Economía, Contabilidad y Finanzas de Esade.

 

Con una balanza comercial tan positiva, China ha confiado su crecimiento a ser la gran fábrica del mundo. La posición cada vez más proteccionista de Europa y la apuesta de EEUU por el made in America han creado una situación de tensión en el frágil equilibrio del comercio internacional. ¿El gran perdedor? China, claramente, aunque detrás cabe la posibilidad de que caigan otras piezas. “China es un país exportador al resto del mundo que vive de mercados como el de Europa y EEUU y, si se estos se le cierran, le van a parar su crecimiento en seco”, defiende Mena.

 

 

 

 

China, al contrario que EEUU, no es un país con acceso a materias primas como el petróleo, los alimentos o el coltán. Su gran ventaja competitiva, en cambio, pasa por ser capaz de procesar las industrias del resto del mundo, explica Mena. “China igual no tiene coltán, pero en lo que se han hecho expertos en las últimas décadas es en comprar esos materiales y procesarlos”, añade el economista y profesor visitante en la Universidad Jiao Tong, en Shanghái.

 

Este sistema es el que ha permitido a las empresas del país, como Huawei, convertirse en líderes del sector de la telefonía. Hasta ahora, relata Mena, Europa y EEUU hacían los pedidos de los productos acabados, China compraba a Australia y Chile, por ejemplo, el petróleo y el cobre, respectivamente, para procesarlos. Con el auge del proteccionismo, las guerras arancelarias y la caída del consumo de los habitantes chinos, la maquinaria china funciona cada vez más lentamente y eso acaba por afectar también a los grandes vendedores de productos al país. “China exporta mucho al mundo, pero compra en las mismas cantidades, y si la economía de China cae, las del resto del mundo podrían ir detrás”, predice el profesor de Esade.

 

 

 

 

Hasta ahora, la economía china había crecido a un ritmo de entre el 10% y 12% anual. Las previsiones del Gobierno para 2024, sin embargo, han reducido esta cifra hasta crecimiento del PIB del 5%. El profesor de Esade, sin embargo, cuestiona la capacidad del gigante de recuperarse del freno de mano que le ha puesto Occidente.

 

El frenazo de China llegó con el ascenso de Donald Trump al poder, que consiguió imponer a los estadounidenses la creencia de que, si China crecía, lo estaba haciendo en base a su decrecimiento. “Tradicionalmente, los demócratas han sido más proteccionistas, pero Trump ha extendido la idea de proteger a la industria”, explica Mena, que defiende que a EEUU “siempre le ha dado igual quién fuera en segunda posición, mientras creciera por detrás de él”.

 

 

 

 

China se ha abierto un camino en el mercado internacional poco a poco, vendiendo productos primero de bajo precio y entrando, poco a poco, en otros sectores como el tecnológico, militar o de la información. “La especialización de China en sectores estratégicos le ha acabado por posicionar como el gran rival -explica el experto- y ahora, en el momento que hay un know how tecnológico o un componente militar detrás, va a ser más complicado para el gigante que EEUU o Europa no se interpongan en su crecimiento”, sentencia.

 

La posibilidad de una caída de China permitiría a países como Bangladesh o India ocupar la posición de gran productor del mundo. Para Mena, la situación del mundo, mucho más polarizado, y las condiciones específicas de estos países no permitirán que nazca “una nueva China”. “EEUU va a mantener el liderazgo mundial indiscutible durante las próximas décadas mientras que China se va a conformar con asegurar su posición como líder regional en Asia”, añade el economista.