Nylstar presenta concurso de acreedores y encara la liquidación

Otro golpe para el tejido industrial textil español. La compañía catalana Nylstar, fabricante del hilo de nylon Meryl, ha presentado concurso de acreedores y encara la liquidación, según ha informado el ayuntamiento de Blanes (Girona), donde tiene su sede, y recoge EFE.

El cierre de Nylstar supondrá el despido de los ochenta trabajadores que mantiene en plantilla. En los últimos meses, la empresa había planteado un expediente de regulación de empleo (ERE) sobre 24 trabajadores, que finalmente se descartó para tratar de buscar otras alternativas que aseguraran la viabilidad de la compañía.

Desde el comité de empresa han señalado a EFE que el anuncio del cierre ha sido “repentino” y que ha cogido a los trabajadores “a contrapié”. El juzgado mercantil ya ha nombrado a un administrador concursal, que será el responsable de poner en venta la unidad productiva.

Nylstar estaba en manos del grupo inversor Praedium, controlado por el empresario Alfons Cirera. Praedium es también dueño de la marca de bolsos y marroquinería Lupo y de la empresa de hilatura Montefibre, que echó el cierre en 2022.

Nylstar pasó a manos del grupo Praedium en 2009

El objetivo de Praedium era construir un grupo de moda, Nylstar Fashion Group, que comenzó con la adquisición del fabricante de nylon en 2009. En 2013 se hizo con el confeccionista BMP y con Lupo y, en 2015, con Montefibre.

Nylstar era uno de los pocos fabricantes de nylon para el sector de la moda que quedaban en Europa. La compañía fue fundada en 1923 por las familias Vilà y Gillet como Sociedad Anónima de Fibras Artificiales (Safa) e inició su andadura como productor de rayón, una fibra sintética derivada de la celulosa y popularmente conocida como seda artificial.

La compañía ha vivido a lo largo de su trayectoria dos épocas doradas. La primera fue en la década de los setenta, con la explosión en el mercado del nylon y de otras fibras artificiales; y la segunda, en los noventa, cuando Nylstar llegó a tener once plantas de producción en todo el mundo, facturaba 670 millones de euros y empleaba a 4.500 personas.

La compañía era uno de los pocos fabricantes de nylon que quedaban en Europa

Praedium tomó el control de la compañía cuando la crisis del textil había arrasado su estructura y tan solo se salvaba la planta de Blanes. Antes de que el grupo inversor comprara Nylstar, la compañía fue cambiando de manos desde que las familias fundadoras se desvincularon del negocio a mediados de los ochenta. El grupo francés Rhône Poulenc (Rhodia) se hizo con el 100% de la empresa en 1986. Ocho años después, la italiana Snia entró en el accionariado y situó la sede de la compañía en Italia.

A lo largo de noventa años, la empresa ha producido rayón, fibrana, nylon 6, nylon 6.6 y poliéster. En la actualidad, el grupo sólo producía nylon 6.6, que comercializaba bajo la marca Meryl.

La empresa apostó por desarrollar marca siguiendo los pasos de grupos internacionales como Gore-Tex o Lycra (desarrollada por DuPont) y lanzó la marca Meryl en 1996. Antes de Meryl, la empresa también había aplicado una política de marca al poliéster, con la creación de la marca Tergal.