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Carmen Aja (Aeress): “No hemos llegado todavía al pico del colapso del residuo textil”

La directora de la red estatal de entidades sociales de reutilización, reparación y reciclaje da las claves para evitar que llegue el que parece un colapso inevitable en la recogida de moda: concienciación y financiación.

Carmen Aja (Aeress): “No hemos llegado todavía al pico del colapso del residuo textil”
Carmen Aja (Aeress): “No hemos llegado todavía al pico del colapso del residuo textil”
Carmen Aja, la directora de Aeress, analiza los siguientes pasos a seguir, a la vez que denuncia algunas de las prácticas más extendidas en el sector.

Celia Oliveras

2 ene 2025 - 05:00

 

La Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria (Aeress), la red estatal de entidades sociales de reutilización, reparación y reciclaje alertó la semana pasada de la situación de colapso al que puede llegar el sistema español sin financiación o ayuda por parte de las instituciones públicas. Con el Real Decreto todavía sin fecha prevista, y la obligatoriedad de los Ayuntamientos de empezar la recogida selectiva en enero, Carmen Aja, la directora de Aeress, analiza los siguientes pasos a seguir, a la vez que denuncia algunas de las prácticas más extendidas en el sector.

 

 

Pregunta: ¿Puede España dar respuesta a la demanda de clasificación, venta y reciclaje prevista para enero de 2025?

 

Respuesta: El tejido está colapsado, necesitamos ayuda y soporte financiero. Si ahora mismo, cuando aún no ha empezado la recogida selectiva, con la cantidad de ropa que se pone en el mercado y su mala calidad, las plantas ya están colapsadas, el futuro puede ser mucho peor. La salida de estos artículos también está muy coartada, porque las tiendas segunda mano dan para lo que dan, y tampoco tienes un sector del reciclaje textil que esté súper desarrollado que permita que, lo que no se puede vender, se recicle, porque también es un sector que está muy verde.

 

 

P.: Y la tecnología, ¿está preparada?

 

R.: Tampoco, la mayoría de las entidades no tienen muchas de esas herramientas, que aún se ven como muy lejanas y todavía son muy caras. La mayoría de las entidades hace un triaje mucho más manual. Ojalá llegaran, porque son una manera de funcionar más rápido, pero no están aquí, y si lo están, no tanto como para tener precios competentes que entidades de la economía social como las de Aeress se puedan permitir.

 

 

 

 

P.: ¿Ha reaccionado tarde el sector?

 

R.: Quien va muy tarde son las instituciones públicas, por un lado, en el Real Decreto que estamos esperando que desarrolle la RAP y que ponga en funcionamiento el Scrap, porque el 1 de enero es dentro de diez días, y todavía no están. Y van tarde también las instituciones públicas desde el punto de vista local para organizar la recogida selectiva. Nuestro sector, el de la preparación para la reutilización no va tarde, de hecho, llegó mucho antes, porque hace décadas que hacemos este servicio. Lo que pasa es que nos está colapsando. Es paradójico que sean las entidades sociales, que estamos haciendo una parte clave del tratamiento del residuo textil a pesar de no tener ninguna obligación legal, los que vayamos a colapsar. Estamos como en medio y hay que entender que es un sector que lleva muchos años dando trabajo a muchas personas, y que lleva ya mucho tiempo anclado en el territorio, pero parece que justo ahora que somos realmente imprescindibles conforme la normativa, se puede echar por la borda si no se nos echa una mano.

 

 

P.: ¿Va a dejar de recaer en el tercer sector?

 

R.: Desgraciadamente no, pero porque va a haber mucho residuo. Como no se está haciendo todavía el cambio de producir menos, lo que nos hemos encontrado es con muchísimo residuo que hay que tratar. Entonces creo que al contrario, creo que el tercer sector que históricamente hemos estado, seguiremos estando, y que va a haber también negocio por otro tipo de empresas o de mercantiles. Lo que va a sobrar es residuo, porque ahora, con lo poco que se recoge en relación con todo lo que se genera, aun así estamos casi colapsados, o sea que cuanto más se recoja va a haber más trabajo para más tipos de empresas.

 

 

P.: ¿Qué pasará con todo el desecho que no pueda introducirse en el sistema español?

 

R.: Lo ideal es que siempre la última de las soluciones sea un vertedero, y hay que intentar evitar llegar a esto. Primero hay que priorizar que se puedan reutilizar en las tiendas, y si no, reciclarlas o venderse a empresas que hagan con ello otro tipo de artículos, e incluso, darles salida en el mercado internacional.

 

 

 

 

P.: ¿Cuáles son los pasos para seguir ahora?

 

R.: Hay muchos frentes abiertos, por un lado, escuchar al sector como una medida de absoluta emergencia. Y después otras medidas importantes, como que todas las licitaciones públicas de los Ayuntamientos salgan con la contratación reservada que marca la ley de residuos, es decir, que se reserven en un 50% para las entidades de empresas de inserción, algo que no se está cumpliendo. Además, esta clase de licitaciones tiene que salir como un servicio en el que la administración pública paga, porque ha habido ocasiones en el pasado, y no tan el pasado, que es al revés, que la entidad tiene que pagar al Ayuntamiento por poder poner sus contenedores y recoger la ropa. Y por supuesto que se ponga ya cuanto antes en marcha todo el sistema de la RAP, porque necesitamos que esto empiece a funcionar.

 

 

P.: ¿Recoger la ropa se puede convertir en un negocio?

 

R.: Bueno, el recoger la ropa no es un negocio por todos los costes que conlleva, es un servicio que tú estás dando a la Administración pública. Nadie se puede imaginar que en la recogida de basuras como el plástico o el vidrio, sea la empresa la que pague al Ayuntamiento. Es un servicio que se está dando y que, por competencia, los Ayuntamientos están obligados a cumplir.  Si nos ponemos a sumar lo que cuesta recoger, transportar, almacenar, etc., y hacerlo todo conforme a jerarquía de residuos y requisitos de trazabilidad, para nada es un negocio.

 

 

P.: Hasta que no se implemente la RAP, ¿cómo se van a financiar los sistemas de reciclaje?

 

R.: Eso es lo que estamos poniendo nosotros encima de la mesa. De momento tienen que pagarlo las municipalidades, porque su obligación empieza ya, y lo tienen que asumir. Después, que se puedan poner medidas retroactivas para que paguen por todo este tiempo en el que todavía no estaban en funcionamiento, por ejemplo, por los múltiples retrasos, es una posibilidad.

 

 

P.: Otros países han alertado de una situación similar, ¿estamos más avanzados o menos que el resto de Europa?

 

R.: Depende con quién se compare. En España todavía nos falta mucha cultura de segunda mano, de comprar en entidades sociales, algo que no pasa en Reino Unido, por ejemplo, mientras que Francia nos lleva años de ventaja en la formación de un Scrap.

 

 

 

 

P.: ¿Ha regulado demasiado la UE?

 

R.: Ya vamos tarde. De hecho, de todo el colapso del residuo que vamos a vivir, no hemos llegado todavía al pico. Con toda la ropa que ya está fabricada a día de hoy, podríamos vivir durante décadas todos los habitantes del mundo. Otra cosa es que después las implementaciones y las ejecuciones no se estén haciendo como deberían, pero esto tendría que haber pasado hace tiempo igual que en otros flujos de residuos, como los aparatos electrónicos o eléctricos en los que la RAP lleva funcionando una década.

 

 

P.: ¿Qué dificultades presenta la moda o el textil respecto a estos otros sectores?

 

R.: Se trata de un sector muy contaminante por cómo fabrica, dónde fabrica o las condiciones en las que fabrica, y que está basado en un consumo súper rápido y de usar y tirar. Pasa ahora también en el sector de la tecnología, por ejemplo, pero hay muchos bienes que duran bastante más que la moda.