Carmen Arias (CEC): “En la Unión Europea somos los más estrictos pidiendo requisitos”

La Confederación Europea del Calzado, de la que Carmen Arias es secretaria general, se ha unido a otras 85 asociaciones industriales europeas y nacionales para publicar el Manifiesto de la Industria Europea, titulado Relanzar la competitividad europea. El documento hace un llamamiento contra el riesgo de desindustrialización en el continente. Arias señala que la confederación trabaja además en proyectos en torno al ecosistema textil, que abarca confección, calzado y cuero, destacando la importancia de las alianzas y está avanzando en proyectos para apoyar las políticas europeas y las empresas para que puedan adaptarse al “tsunami de legislación” que llega de Europa.

Pregunta: El Manifiesto de la Industria Europea hace un llamamiento ante el riesgo de desindustrialización de Europa. ¿Qué ha llevado a esta situación?

Respuesta: Uno de los factores del riesgo a la desindustrialización es la abundante reglamentación a nivel europeo, además de los factores externos y geopolíticos que afectan a todo el mundo: pandemia, cadena de suministro, materias primas y guerras. Existe un ambiente de incertidumbre a escala global y en cuestión de clima estamos más expuestos a catástrofes naturales, por lo que estamos más sensibles al respecto. Las nuevas generaciones están reclamando acciones para conservar el planeta y regular a escala industrial, pero, por otra parte, las autoridades están pidiendo mucha reglamentación, y no todos los países lo están cumpliendo. En la Unión Europea somos los más estrictos pidiendo estos requisitos, pero hay que tener en cuenta que nuestras empresas han tenido una caída en el consumo y disponen de menos recursos para invertir. Además, en cuestión de salarios hay un desfase muy grande entre los salarios que se pagan en Europa y fuera, motivando que las empresas saliesen a producir fuera.

P: ¿Cuáles son los siguientes pasos?

R: Desde la confederación estamos en constante diálogo con las instituciones europeas y de ahí pueden surgir oportunidades. Hemos solicitado inversiones económicas y tenemos planes de recuperación previstos. No sólo hay que invertir en las nuevas tecnologías, sino en sectores como los nuestros, que somos parte del Producto Interior Bruto (PIB). A veces se nos asimila al textil y no somos lo mismo. En cuestión de ecodiseño hemos pedido que empiecen por confección y textil, que es más sencillo; el calzado es más complejo en ese sentido y queda mucho por estudiar e investigar acerca de si es posible y factible.

P: ¿Cómo está siendo el proceso de adaptación de las marcas de calzado a los requerimientos en cuestiones de sostenibilidad?

R: Cada vez se ve más interés y voluntad. Los green claims se han reglamentado, por lo que va a estar todo más controlado y supervisado. Esta es una de las medidas a las que es más fácil anticiparse. Por otra parte, hay empresas que están haciendo muchos esfuerzos en utilizar materiales reciclados y que están participando en proyectos piloto con algunas plantas de reciclado en Europa. Hemos reclamado a la Comisión Europea un programa de financiación para investigar más sobre ese tema.

“Debemos seguir siendo competitivos, y para ello la mano de obra es fundamental”

P: ¿Qué medidas se están tomando para el fomento de la diversidad y la inclusión en todos los niveles de la industria? 

R: En cuestión de género todos somos conscientes de que mujeres y hombres son igual de capaces en general. En cuanto a nacionalidades, teniendo en cuenta la baja natalidad en Europa es una suerte contar con personas de otras nacionalidades en la industria. Existen iniciativas de inclusión de las personas de nacionalidad extranjera por parte de los países. Nos falta mano de obra en la industria manufacturera, que sea cualificada. Nuestros sectores no atraen a los jóvenes porque tienen la visión de lo que era una fábrica de calzado en el pasado, que no contaba con la tecnología y gestión actual. Animo a las escuelas a que lleven a los niños a ver las fábricas y a que se convaliden los títulos de formación de otros países para que las personas de fuera de Europa puedan trabajar en tareas manufactureras cualificadas.

P: ¿El made in Spain se valora en Europa?

R: Sí, nuestras marcas cuentan con un gran prestigio y se reconocen internacionalmente. Las exportaciones han aumentado en los últimos años. Desde Bruselas luchamos por la apertura de mercados, la bajada de impuestos e intentar bajar las barreras comerciales.

P: ¿Qué se puede hacer para implementar planes de promoción?

R: Nuestras asociaciones nacionales son fundamentales, junto con el Icex, en el fomento de las misiones comerciales en otros países. Es importante ir a las ferias de calzado donde se ve lo que puede ofrecer una marca. De ahí surgen muchos distribuidores para las empresas.

P: En España, hubo una oleada de start ups de gafas, luego de calzado y ahora la moda es la joyería. ¿Hay dinamismo emprendedor en el calzado?

R: Hay pequeños emprendedores. Cada vez hay más marcas que requieren apoyo. La diferenciación es la clave y la comodidad cada vez se valora más. El calzado sintético no es seguro. Se valora la calidad y la seguridad, que el calzado dure más de una temporada.

P: ¿Cómo ve el futuro del sector?

R: El sector es muy resiliente, hemos pasado por muchas crisis. Ahora estamos en otra temporada de crisis, pero se remontará. Debemos continuar siendo competitivos, y para ello la mano de obra es fundamental. Tenemos que cambiar la mentalidad de las familias en cuanto a formación profesional porque necesitamos técnicos. Hay que seguir innovando y siendo creativos, además de continuar produciendo productos de calidad, que duren.