De Selfridges a Tendam: el capital árabe se impone en el reparto del pastel de la moda
La adquisición de la mayoría del capital de Tendam por parte de Mutiply Group, con sede en Abu Dabi, es solamente la última de una creciente lista de operaciones protagonizada por fondos árabes en moda en empresas como Pangaia.


26 feb 2025 - 05:00
Si la noticia de la adquisición del 67% del grupo Tendam ha pillado al sector de la moda un tanto desprevenido, la gran sorpresa se ha producido al conocer el nombre de su nuevo propietario: Multiply Group. El fondo no sólo no es un viejo conocido de la industria, sino que la apuesta por el grupo textil español supone su primera gran inversión en Europa. En una transacción valorada por fuentes del mercado en 1.000 millones de euros, el vehículo inversor de la familia real de Abu Dabi se sienta a la mesa de los propietarios de los grandes grupos de moda. Por su parte, Tendam se convierte en el último objetivo en la diana del capital árabe.
La diversificación, la internacionalización y la legitimidad son tres de los ejes sobre los que se construye el empuje de las inversiones de los fondos árabes en diferentes sectores, convirtiéndose en actores clave de la economía global. Aunque la riqueza derivada del petróleo continúa siendo fundamental para estas economías, que tampoco participan en el juego con las mismas reglas que los países de la Unión Europea, el oro negro ya no es suficiente. Más allá de la arriesgada dependencia del recurso, la estrategia de los países de la región ha evolucionado, en las últimas décadas, ampliando sus horizontes mediante inversiones de proyección internacional que validen sus proyectos: de la moda al lujo, pasando incluso por el deporte, especialmente el fútbol.
En la gran parte de los casos, este contexto inversor se plantea como un win-win. Las marcas y empresas europeas y norteamericanas ponen su trayectoria asentada, sus productos de referencia, su imagen icónica o incluso su artesanía; mientras que los fondos árabes sacan una chequera en la que los ceros se trazan con relativa facilidad, rescatando a empresas de la deuda y la desaparición, impulsando su relanzamiento o, en el mejor de los casos, permitiendo que sus sueños se hagan realidad.
Tendam ha protagonizado la última entrada de fondos árabes en la moda española
La última en dejarse querer es una de las grandes protagonistas de la industria en España. Tendam cerró ayer la venta del 67,91% de su capital a Multiply Group, el vehículo inversor de la familia real de Abu Dabi y que a partir de ayer posee una participación mayoritaria en la compañía. La operación se ha llevado a cabo a través de una ampliación de capital en Castellano Investment, la empresa matriz de Tendam Brands y otras filiales con las que opera el grupo.
Multiply Group, un desconocido en el sector hasta el momento, comparte el resto del capital con los vehículos corporativos de inversión de CVC y PAI Partners, que desde 2006 y hasta ahora ostentaban el control de la compañía, en una operación que excluyó a Tendam del parqué.
El fondo de Abu Dabi se acaba de unir así a la cambiante lista de dueños de Tendam en los últimos años. La empresa de moda salió a cotizar a Bolsa en 1994, un camino en el parqué que duró hasta 2006, cuando CVC, PAI y Permira alcanzaran un acuerdo para repartirse el control de la firma en tres partes iguales. Algo menos de una década después, sin embargo, Permira salió del capital tras vender su parte a sus otros dos socios.
El Corte Inglés, Awwg o Blanco son algunas de las empresas españolas que han estado participadas por fondos de origen árabe
En España, los inversores árabes ya cuentan con experiencia en el mercado. El Corte Inglés, único grupo español del sector de los grandes almacenes, vendió en 2015 cerca del 10% de su capital al inversor qatarí Hamad Bin Jassim Bin Jaber Al Thani, ex primer ministro del país y accionista de compañías como Deutsche Bank y KBL Luxemburgo Bank, a cambio de un desembolso de 1.000 millones de euros. En 2022 recompró al fondo Primefin, vehículo utilizado por Al Thani para la operación, la mitad de su participación, que rondaba entonces el 11%.
Otro fondo árabe en el capital de la moda española es M1, de origen libanés, que en 2015 recibió luz verde para entrar en el capital de Awwg, grupo propietario de Pepe Jeans. M1, que comparte el accionariado de Awwg con L Capital Asia y con el grupo industrial estadounidense G-III Apparel Group, participa en la matriz de Pepe Jeans a través de la sociedad PJG Holdings 2 SARL, domiciliada en Luxemburgo.
Inditex también ha contado con socios árabes en los últimos años, aunque no en su capital. La matriz de Zara vendió su red de tiendas en Rusia tras el inicio de la invasión de Ucrania al grupo emiratí Daher. El ahora propietario de las tiendas de Inditex en Rusia utilizó la red de la compañía en el país para reabrir los locales con nuevas marcas como Maag, Dub, Ecru y Vilet.
Inditex vendió al grupo emiratí Daher su red de tiendas en Rusia tras la invasión de Ucrania
Daher, propiedad de los mismos dueños que el gigante de la distribución Azadea, permitió a Inditex dar salida a una red de 515 establecimientos a cierre de 2021, incluyendo 106 de Bershka, 86 de Zara y otros 86 de Pull&Bear. En el primer semestre de 2022, la empresa anotó una provisión de 216 millones de euros para cubrir el cese de la actividad del grupo en el país. El contrato entre ambas compañías, sin embargo, incluye la posibilidad de que el grupo gallego vuelva a tomar posesión de su negocio en el país.
Otro socio histórico árabe de la moda española fue el grupo Alhokair, grupo saudí propietario de centros comerciales que se hizo con la cadena Blanco en 2014. La experiencia no fue buena: tras pagar 40 millones de euros por la empresa, entonces en concurso de acreedores, Alhokair vendió blanco por apenas 1,19 millones de euros.
En el plano internacional, la última operación de este tipo ha estado protagonizada por Pangaia. A finales de enero de este mismo año, el también grupo abudabí Royal Group se hizo con una participación mayoritaria de la empresa de moda sostenible. El conglomerado está liderado por el jeque real de Abu Dhabi, y fue una respuesta a las pérdidas de más de 50 millones de dólares que arrastraba la compañía desde 2022.
A finales del año pasado, Public Investment Fund (PIB), el fondo soberano de Arabia Saudí, tomó el 40% del grupo británico de grandes almacenes Selfridges, relevando en el capital al malogrado grupo inmobiliario Signa.
Para hacer frente a sus pérdidas, Pangaia acaba de pasar a manos de Royal Group
Mayhoola for Investments es uno de los actores más destacados en inversión en marcas de lujo. Este enero, de hecho, el grupo ha reforzado su apuesta por el sector con el nombramiento de Riccardo Bellini, anteriormente consejero delegado de Chloé y Maison Margiela, como director general. El grupo inversor qatarí, presidido por Rachid Mohammed Rachid, es propietario de Valentino, Balmain, Pal Zileri y el retailer turco Beymen.
Qatar Luxury Group también ha crecido con compras. La compañía tiene sede central en Doha y se centra con sus inversiones en los sectores de moda, hospitality y lifestyle. La primera incursión en moda la realizó en 2011, cuando se hizo con más del 50% del capital de la firma francesa Le Tanneur.
Uno de los mayores emblemas europeos que ha pasado a manos emiratís ha sido el grupo de grandes almacenes Harrod’s, que en 2010 fue adquirido por Qatar Holding por alrededor de 1.500 millones de libras.
Investcorp, con sede en Bahréin, ha sido otro de los grandes fondos árabes interesado en el negocio de la moda, aunque en los últimos años ha desinvertido. El grupo, que en el pasado fue propietario de empresas como Gucci o Tiffany, se hizo a finales de 2002 con la escandinava Georg Jensen, que terminó vendiendo en 2023.