La Ocde investiga a Shein en Francia por presuntas vulneraciones de derechos humanos

Shein, bajo lupa en Francia. La oficina francesa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) ha abierto un procedimiento de investigación a la empresa china de moda ultrarrápida por haber vulnerado, presuntamente, derechos laborales y medioambientales, según ha informado este martes el Partido Socialista francés en un comunicado.

La organización investigará si compañía de moda ultrarrápida cumple con la normativa internacional, así como con la legislación francesa. Concretamente, el comunicado del partido político hace referencia a la Ley sobre el deber de vigilancia (2017), que obliga a las multinacionales establecidas en el país a respetar los derechos humanos y el medio ambiente en todas sus filiales, así como con sus subcontratistas o proveedores de todo el mundo.

El 20 de junio de este año, dos diputados franceses del Partido Socialista, Dominique Potier y Boris Vallaud, presentaron en nombre del partido un recurso ante la Ocde con la intención de que esta entidad abriera diligencias. El partido denuncia que “cada día se fabrican y envían miles de prendas a todo el mundo que tienen un impacto duradero en nuestro medio ambiente”, entre otros motivos.

Shein estaría incumpliendo la Ley sobre el deber de vigilancia (2017), que obliga a las multinacionales a cumplir estándares laborales y medioambientales

La compañía china de moda ultrarrápida se sitúa así bajo lupa de nuevo. A finales de octubre, El Congreso estadounidense instó al Forced Labor Enforcement Task Force (Fletf), el organismo encargado de estudiar las violaciones legislativas, a que abriera una investigación sobre Shein. En este caso, el ejecutivo estadounidense acusó al gigante de distribución de usar un 2% de algodón procedente de la región china Xinjiang, sobre la que existen acusaciones de trabajos forzados.

El Gobierno estadounidense quiere comprobar si la empresa china ha violado la ley Uyghur Forced Labor Protection Act (Uflpa), que prohíbe a las empresas comercializar productos obtenidos mediante trabajos forzosos, lo que supondría suspender la actividad del operador en el país.

La empresa china, que desmiente las acusaciones, ha ido adentrándose en el país estadounidense acogiéndose a la cláusula de minimis, que exime de revisiones algunos de sus productos porque los envíos son a particulares y no superan los 800 dólares. Además, esta cláusula permite al grupo beneficiarse de una excepción fiscal que les permite no pagar aranceles.

Shein, que tiene su sede en Singapur, echó a andar en 2008 de la mano de Chris Xu y vivió un crecimiento exponencial a raíz del estallido de la pandemia. La compañía se apalanca en un modelo de producción cercano al bajo demanda, con fabricantes conectados en tiempo real y en cercanía en China.