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Operación salvar Esprit: el grupo liquida sus filiales y se convierte en gestor de licencias

La compañía alemana, que se ha ido deshaciendo de sus filiales con cuentagotas, ha anunciado que llevará a concurso todo el negocio de la empresa. En Europa, únicamente España, Francia e Italia seguirán operando por el momento.

Operación salvar Esprit: el grupo liquida sus filiales y se convierte en gestor de licencias
Operación salvar Esprit: el grupo liquida sus filiales y se convierte en gestor de licencias
En Europa, únicamente España, Francia e Italia seguirán operando por el momento.

Celia Oliveras Castillo

31 jul 2024 - 11:25

Esprit busca un salvavidas. La empresa alemana, que llegó a ser uno de los mayores grupos de gran distribución de moda del mundo, pone fin a una era después de años de malos resultados y la liquidación de algunos de sus mercados más relevantes, entre ellos su país natal. Como en un naufragio, el grupo tira por la borda los últimos activos pesados para intentar mantenerse a flote, aunque sea cogido a un pequeño trozo de madera.

 

La compañía ha anunciado que llevará a liquidación las filiales con las que todavía opera, en un intento de salvar la marca Esprit y que no sea arrastrada también a los juzgados. En Europa, las únicas tres filiales que no han entrado aún en liquidación son las de España, Francia e Italia, según señalan a Modaes fuentes de la empresa, aunque no tardarán en hacerlo ante la falta de mercancía para servir a los clientes.

 

La empresa pasará ahora a operar como un gestor de licencias, priorizando la supervivencia de la marca Esprit a su estructura internacional, al reconocerla como “el activo más valioso de la compañía”. La compañía cambia así su modelo de negocio, pasando de ser un grupo dedicado al diseño, producción y distribución a ser meramente un gestor de marca que buscará licenciatarios para diferentes categorías de producto y diferentes mercados.

 

Según ha explicado en un comunicado, la facturación proveniente de las licencias actuales con las que opera alcanzó 121 millones de dólares de Hong Kong (14,2 millones de euros). “Con los socios estratégicos adecuados en el lugar adecuado, existe un potencial de crecimiento significativo en este modelo de negocio”, ha asegurado la empresa.

 

 

 

 

Esprit aceleró la reestructuración de su negocio en marzo, cuando anunció que llevaba a los juzgados su red de tiendas en Suiza. A esta le siguió la filial del grupo en Bélgica y, finalmente, la compañía declaró insolvente en mayo el negocio de Alemania, su mercado local y del que dependen el resto de países para obtener producto. Estos cierres han desencadenado, de hecho, la decisión final de liquidar el resto de las filiales.

 

El grupo tenía contratados diferentes agentes de aprovisionamiento externos para ayudar al grupo con la gestión del negocio, unos gastos que después buscaba recuperar a través de la filial alemana, una de las más grandes de Esprit. Esta situación llegó a su fin tras el cierre del negocio de la compañía en el país, lo que ha impedido al grupo contar con los fondos suficientes para continuar operando.

 

“Se ha hecho evidente que las filiales no cuentan con suficientes fondos para continuar con sus respectivas actividades -explica la compañía-; y habiendo considerado los retos que supone seguir operando, los accionistas de cada filial han aprobado poner estas a liquidación”.

 

Antes de llegar a la decisión de cerrar todas sus filiales, Esprit trató de vender el negocio en bloque. A finales de junio, la compañía anunció que se encontraba en conversaciones para vender su marca en China continental, Hong Kong, Macao y Taiwán, aunque finalmente no prosperaron por diferencias en el precio.

 

 

 

 

Esprit llegó al mercado español en 2008 por todo lo alto, hasta el punto de llegar a alquilar un local en Paseo de Gràcia, en Barcelona, y otras grandes ciudades como Madrid. Apenas tres años después, sin embargo, el negocio comenzó a dar los primeros traspiés, tanto en España como en otros países de Europa, hasta el punto de cerrar gran parte de su red de tiendas propias.

 

La empresa ha encadenado desde hace más de una década resultados irregulares. El golpe final, sin embargo, fue el estallido de la pandemia, cuando se hundió con pérdidas de 439,9 millones de euros. Esprit ha continuado con la tendencia a la baja desde entonces, y cerró su último ejercicio (finalizado el 31 de diciembre) triplicando las pérdidas del año anterior, hasta los 226 millones de euros. La facturación de la compañía alemana se contrajo un 16,3% durante ese mismo periodo, hasta los 703 millones de euros.

 

El grupo, de hecho, ya ha anunciado que está manteniendo conversaciones con potenciales socios desarrolladores de licencia para la marca de Esprit. La empresa debe ahora buscar un licenciatario para cada una de sus líneas de productos, países o ambas. “Seleccionando cuidadosamente los socios adecuados y capitalizando las ventajas de un modelo licenciatario, la compañía espera monetizar al máximo el negocio”, concluye el comunicado.