Hilaturas Ferre aguanta el golpe del Covid-19 y amplía su fábrica para volver a crecer
La compañía cerró 2020 con un descenso de los ingresos de entre el 10% y el 15% debido a los meses de parón forzoso y prevé recuperar los volúmenes pre-Covid en 2021.
31 mar 2021 - 05:00
Hilaturas Ferre resiste en el año de la pandemia. La compañía de hilatura, que el año pasado vendió su filial de fibras al fondo estadounidense Story3 Capital, ha reducido sus ingresos entre un 10% y un 15% en el año de la pandemia debido al parón forzado de la actividad durante el primer estado de alarma. Para este año, prevé retomar los volúmenes de 2019 y comenzar a ampliar su capacidad para seguir creciendo.
La compañía, que continúa en manos de la familia fundadora, está liderada desde finales del año pasado por Luis Pita, exdirectivo de Zalando y H&M. El ejercicio 2020 se cerró con una facturación de quince millones de euros, y en 2021 contempla rozar de nuevo los dieciocho millones.
A corto plazo, el objetivo de Hilaturas Ferre es ampliar su capacidad de producción para continuar creciendo. “Es nuestro principal techo”, dice Pita. La empresa contempla comprar más maquinaria y también ampliar sus actuales instalaciones en Banyeres de Mariola (Alicante).
Hilaturas Ferre quiere ampliar su capacidad de producción entre un 30% y un 40%
La meta es incrementar, progresivamente, la capacidad actual entre un 30% y un 40%. La empresa no ha precisado la inversión que destinará a este proyecto, pero sí que ha comenzado las conversaciones con entidades financieras para buscar financiación.
La empresa ha podido capear la crisis gracias al crecimiento del textil hogar, que ha pasado de representar un 35% de los ingresos a un 60%. “Ha sido totalmente coyuntural, pero esperamos que cuando el Covid-19 termine las marcas vuelvan a animar el negocio de prenda”, apunta Pita, que asegura que el contexto es “positivo” para encarar la recuperación.
En primer lugar, la empresa, especializada en hilo reciclado, se beneficiará del impulso en materia de sostenibilidad en el sector de la moda. “Todas las marcas, también las medianas y las pequeñas, están marcándose objetivos sostenibles, y nosotros somos una de las alternativas”, asegura el directivo.
La empresa generó más de la mitad de sus ingresos con el sector del textil hogar en 2020
El segundo motivo que beneficia a la compañía es el mal momento que viven otros tipos de fibras sostenibles que son competencia del reciclado, como es el caso del algodón orgánico. “Si antes algunas marcas tenían reticencias, ahora están apostando en mayor medida por el hilo reciclado”, argumenta Pita, que precisa además que el precio es igual o incluso menor al convencional.
Por último, Hilaturas Ferre también prevé verse beneficiada por la legislación de la Unión Europea, que quiere impulsar la circularidad en la industria de la moda hasta llegar, a medio plazo, a la prenda final. “Queremos proveer a las marcas del servicio completo, recoger sus residuos, que tengan un mínimo de calidad, y encargarnos de todo el proceso de reciclado”, señala el ejecutivo.
La empresa también contaba con un pequeño negocio de fibras que el año pasado vendió al fondo estadounidense Story3 Capital. La operación se ha formalizado a través de la creación de una nueva compañía, Recover, en la que el fondo tiene una participación mayoritaria.
Antes, Hilaturas Ferre producía únicamente la fibra necesaria para producir su hilo, y ahora Recover producirá también para terceros, aunque continuará siendo proveedor preferencial del grupo.
La empresa genera el 30% de sus ingresos en España, otro 6% en Portugal y el resto en otros mercados internacionales. La compañía tiene filial en Estados Unidos y México y trabajó con un agente exclusivo en China. Tener estructura en el gigante asiático, dice Pita, “está en la agenda estratégica, pero hay pros y contras”.
Heredera de la empresa Hijos de Antonia Ferre, fundada en 1914, Hilaturas Ferre se puso en marcha en 1947 con la producción de hilo reciclado. Si, en sus inicios, la empresa ocultaba que se trataba de un producto reciclado, porque se asociaba a una menor calidad, con el boom de la sostenibilidad en la industria de la moda pasó a convertirse en una ventaja competitiva.