Una periodista, dos sindicatos y la firma de un inglés, ¿cómo nacen los guardianes del diseño?

“Mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan al precipicio, vigilarlos”, soñaba Holden, el protagonista de la novela El guardián entre el centeno, de Jerome D. Salinger, en 1951. La moda de autor no tiene al adolescente para protegerla, pero cuenta con sus propios defensores y promotores: las patronales internacionales de diseño que regentan el sector en cada país.

Este año, el Council of Fashion Designers of America celebra su aniversario número sesenta, y rendirá honor a esta fiesta a través del evento Fashioning the Shades of American Design celebrado virtualmente de la mano del Museo de Artes de Cleveland y comisariado por Darnell Lisby. La celebración presentará una serie de activos virtuales no fungibles (NFT, por sus siglas en inglés), y será la primera vez que la organización entre en el metaverso.

El Cfda nació a comienzos de la década de los sesenta, en el Estados Unidos de John F. Kennedy, y reúne actualmente a 477 marcas estadounidenses de moda femenina, masculina, de joyería y de accesorios. Según describe la propia organización, la misión de Eleanor Lambert, la periodista de moda detrás de la fundación de la patronal, era “sacar a los diseñadores de sus ateliers y ponerlos frente a los focos”.  

El primer presidente de la organización fue Sydney Wragge, reconocido como uno de los pioneros de la moda deportiva en Estados Unidos durante la década de los cuarenta. El diseñador estuvo al frente de el Cfda hasta 1965. Actualmente, la presidencia de la organización continúa vacante tras la salida de Tom Ford el pasado mayo. El diseñador ocupó el puesto durante tres años, lideró la patronal durante la pandemia y el regreso a la normalidad y se marchó con la recesión económica a la vuelta de la esquina.

La presidencia de la Cfda continúa vacante tras la salida de Tom Ford el pasado mayo

De las patronales que guardan la moda de autor en el mundo, la francesa es, con diferencia, la más antigua. La Fédération de la Haute Couture et de la Mode tiene sus orígenes en 1868, cuando fue fundada bajo el nombre de la Chambre Syndicale de la Couture, des Confectionneurs et des Tailleurs pour Dame, con una misión sindical y centrada en la protección de los trabajadores franceses de la industria.

La organización se asoció al concepto de la alta costura hasta que este no fue legalmente registrado por el Gobierno francés en enero de 1945, ocho décadas después de su fundación. Ese año, la alta costura se convirtió en un término protegido por ley y que sólo puede atribuirse a las firmas mencionadas en la lista elaborada anualmente por la Chambre de Commerce et d’Industrie de Paris. Fue entonces que la patronal francesa de moda se convirtió en la Chambre Syndicale de la Haute Couture, convirtiendo en su misión la protección de la marca Francia y del lujo galo.

A pesar de todo, la alta costura no tiene origen en manos francesas, sino británicas: durante el siglo XIX, en París, el diseñador y modista Charles Frederic Worth fue el primero en firmar sus diseños, autoimponiéndose el título de artista al imitar el comportamiento de pintores y escritores.

A partir de la década de los sesenta, nacieron otras organizaciones paralelas como la Chambre Syndicale du Prêt-à-Porter des Couturiers de Mode, creada en 1973, o la Chambre Syndicale de la Mode Masculine el mismo año. Con los años, estas se sumaron a la patronal original hasta, que, en 2017, se bautizó como la Fédération de la Haute Couture et de la Mode.

“La alta costura es un camino permanente entre la tradición y la excelencia en el know-how y la contemporaneidad en la creación”, describe la organización en su página web, añadiendo que “la moda es un campo infinito de expresión, pero también una poderosa industria que supone un pilar fundamental en la economía francesa”.

La Camera Nazionale della Moda Italiana y la Fédération de la Haute Couture et de la Mode tienen sus orígenes en sindicatos

La Camera Nazionale della Moda Italiana (Cnmi) también tiene sus orígenes en un sindicato, la Camera Sindicale della Moda Italiana. La organización (cuya misión, según describe en su página web, es “proteger el sector”) fue fundada el 11 de junio de 1958 y sirve de “portavoz de todas las iniciativas nacionales e internacionales destinadas a valorizar y promover el estilo, las costumbres de la moda italiana”.

La asociación, que actualmente acoge a 113 marcas nacionales, se constituyó posteriormente como una asociación apolítica. La Cnmi tiene sede en Milán, aunque en sus orígenes se ubicaba en el Gran Hotel de Roma, y está actualmente presidida por Carlo Capasa, habiendo sido reelegido en su puesto cuatro veces consecutivas.

En Reino Unido, la moda está regentada por el British Fashion Council (BFC), que nació el 6 de enero de 1983. El objetivo del BFC es “fortalecer y empoderar” al diseño británico y tiene sede en Londres, donde se mudó en 2021 a unas oficinas en Soho, abandonando su histórica central en el edificio Somerset House.  

“La alta costura es un camino permanente entre la tradición y la excelencia en el know-how y la contemporaneidad en la creación”, describe la organización en su página web.

En 2020, el organismo llevó a cabo varios cambios en su organización interna e incorporó a cuatro nuevos miembros a su consejo de administración: Jamie Hill, June Sarpong, Scott Morrison y Sian Westerman. El objetivo de esta batería de nombramientos era “promover la diversidad” en la patronal. Hace apenas unos días, se anunció la salida de Stephanie Phair, presidenta de la BFC desde hacía más de cuatro años, y la organización aún no ha encontrado relevo para ella.

En España, el que guarda la moda es la Asociación de Creadores de Moda de España (Acme), con 84 asociados especializados en diseño de autor. La organización nació en 1998 de la mano de los diseñadores Modesto Lomba, Jesús del Pozo, Elio Berhanyer, Antonio Pernas, Ángel Fernández Ovejero y Roberto Verino con el objetivo de “trabajar para defender los intereses de las firmas de autor, ofreciendo herramientas para aumentar su competitividad”.

Actualmente, Acme está presidida por Modesto Lomba, que tomó las riendas en el año 2000, mientras que al frente de la dirección ejecutiva se encuentra Pepa Bueno desde hace casi una década.

Una nueva era

En 2016, la moda europea plantó la semilla para la creación de una patronal del sector para el continente, el Fashion Council Europe. Entre las organizaciones implicadas en estas negociaciones se encontraban Flanders Fashion Institute, London College of Fashion, Moda Lisboa, Fashion Council Netherlands o la Federation Française du Prêt-à-Porter Femenin, entre otros. Todas ellas llevaban ya varios años encontrándose en Bruselas para poner sus retos en común.

No fue hasta este año que veinticinco asociaciones europeas vinculadas al diseño de moda se aliaron para poner en marcha la iniciativa, bajo el nombre de European Fashion Alliance.

La organización tiene el objetivo de convertirse en “la voz colectiva que promueva y agilice la transición de la moda europea hacia un futuro creativo más sostenible, innovador e inclusivo” y lograr una visión común sobre los objetivos relacionados con el modo en el que la industria de la moda “puede ayudar a proteger el planeta”.

Uno de los principales impulsores de la organización ha sido el Fashion Council Germany. Su director general, Scott Lipinski, será el presidente de la European Fashion Alliance hasta 2023. Entonces, la dirección de la asociación rotará entre todos los miembros.