Entorno

Un Mundo en Transformación: Latinoamérica, la ‘eterna promesa’ amenazada por el populismo

La incertidumbre y la crisis en Venezuela lastran las previsiones de crecimiento en la región, que se enfrenta a un año clave tras el relevo en el poder en México y Brasil.

Iria P. Gestal

29 ene 2019 - 04:49

Un Mundo en Transformación: Latinoamérica, la ‘eterna promesa’ amenazada por el populismo

 

 

El tablero de juego del negocio de la moda ha dado un vuelco. La herencia de una crisis, la inestabilidad, el auge de movimientos populistas, los intentos de dar marcha atrás a la globalización y la amenaza de ralentización de la economía global han hecho fracasar uno a uno casi todos los pronósticos. El mundo está en transformación, y la moda, como actor global, debe adaptarse y transformarse con él. Modaes.es recorre, a lo largo de una serie de reportajes, las claves del nuevo orden en los principales mercados para el sector y cómo este puede afectar a uno de los negocios más globalizados del planeta.

 

 

 

 

Latinoamérica es la gran promesa del mundo. En 1914, Argentina tenía un Producto Interior Bruto (PIB) per cápita superior al de Alemania, Francia o Italia. Brasil formó parte de los BRIC, el grupo de emergentes llamados a liderar el crecimiento del mundo. México fue uno de los MINT, las economías que tomaron el relevo al bloque de ladrillo. Hoy, la región que copa el 8% de la población mundial ve como el centro económico vira de nuevo hacia el este, mientras el enfado y la desafección aúpan a nuevos políticos populistas al poder.

 

Estos nuevos líderes se enfrentan a un 2019 con grandes tareas pendientes como la desigualdad y la inseguridad, con poco margen de maniobra fiscal y con unos pronósticos de crecimiento lastrados por la crisis de Venezuela.

 

La semana pasada, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó en dos décimas sus previsiones de crecimiento para la economía latinoamericana, situándolas en el 2% para 2019 y el 2,5% para 2020, debido al impacto de las peores estimaciones para México, la peor situación en Venezuela y la recesión en Argentina.

 

 

 

 

Descontando a Venezuela, el crecimiento de Latinoamérica y el Caribe sería del 2,3% para este año y del 2,7% para 2020. Los pronósticos para el país sudamericano son aún más inciertos que hace una semana, después de que Juan Guaidó se autoproclamase presidente interino del país.

 

Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Chile o Costa Rica han respaldado ya al opositor, mientras que la Unión Europea exige a Nicolás Maduro la convocatoria de elecciones “en cuestión de días”.

 

Más allá de Venezuela, las previsiones para Latinoamérica también se han visto impactadas por el debilitamiento de la economía mundial y “el aumento de la incertidumbre en la implementación de las políticas económicas”, según el FMI.

 

 

 

 

Además, el organismo señala otros factores como el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales, la caída de precios de las materias primas y las políticas monetarias restrictivas que se aplicaron en algunas de las economías para contener las presiones inflacionarias, vinculadas en parte a la depreciación de las monedas. Las economías latinoamericanas están, además, muy expuestas a la guerra comercial, aunque la firma del nuevo Tlcan despejó parte de la incertidumbre.

 

Por países, las mejores perspectivas son las de la economía peruana, para la que el FMI anticipa un crecimiento del 3,8% en 2019 y del 4,1% en 2020. Le siguen Colombia y Chile, con alzas también de más del 3%.

 

En cambio, México y Brasil crecerán un 2,1% y un 2,5% este año y un 2,2% el siguiente, según el organismo, y en Argentina la recesión se extenderá también a este año, con una caída del 1,7%. Panamá y República Dominicana volverán a desmarcarse con subidas por encima del 5%.

 

 

 

 

Polarización y nueva oleada de elecciones

Los resultados de las elecciones en algunas de las principales potencias latinoamericanas en 2018 se harán tangibles este año. La razón detrás de la elección de líderes tan opuestos como Andrés Manuel López Obrador en México o Jair Bolsonaro en Brasil es similar: el descontento con el status quo. Pero ahora el balón está en su tejado, y el desafío, dar un nuevo impulso a la economía con escaso margen de maniobra fiscal, es mayúsculo.

 

La incertidumbre en la región es otro de los factores que subraya el FMI para justificar la rebaja en las perspectivas. El organismo pone como ejemplo la interrupción del proyecto del nuevo aeropuerto (el mayor plan de construcción en la región) en México o la fragmentación del Congreso en Brasil, lo que previsiblemente dificultará la aprobación de medidas estructurales y reformas. “De continuar, la incertidumbre política podría desalentar las inversiones en el futuro y socavar las perspectivas de crecimiento en la región”, alerta el FMI.

 

En Chile, Colombia y Perú, que viraron hacia la derecha en los comicios del año pasado, este año también será la prueba de fuego para los nuevos ejecutivos, aunque en los tres casos las perspectivas de crecimiento son mejores.

 

 

 

 

La mayoría de grandes economías han adoptado en el último año políticas fiscales menos expansivas (aproximadamente la mitad de las economías de la región redujeron sus déficits en relación al PIB el año pasado, subraya el FMI), pero la deuda de las grandes potencias continúa en ascenso, lo que limita el margen de maniobra de los nuevos gobiernos.

 

En el caso de Colombia, el atentado del pasado 17 de enero en la Escuela de Cadetes General Santander, reivindicado por la guerrilla de Eln, hace despertar de nuevo las alarmas, tres años después de la firma del tratado de paz entre el anterior Gobierno y las Farc.

 

En 2019, Latinoamérica se enfrentará a una nueva oleada de elecciones. Hasta seis comicios se celebrarán en la región, aunque la mirada internacional está puesta sobre todo en dos: Argentina, donde Mauricio Macri se enfrentará a la reelección tras el macrorrescate del FMI, y Bolivia, donde Evo Morales se juega la continuidad después de trece años en el cargo.

 

 

 

 

Joven, envejeciendo y cada vez más conectado

En Latinoamérica vive el 8,5% de la población mundial, y dos de sus grandes potencias, Brasil y México, son el quinto y undécimo país, respectivamente, más habitados del globo.

 

Es una región todavía joven, con una edad media por debajo de treinta años pero, como la mayoría del mundo, está envejeciendo. El aumento de la esperanza de vida y la caída de la tasa de fertilidad (de casi seis hijos por mujer en los cincuenta a 2,12 en 2018) han reordenado la pirámide de población en la región.

 

En consecuencia, el denominado dividendo demográfico que había registrado Latinoamérica desde los setenta, es decir, el periodo en el que la población de entre 15 años y 64 crece más rápido que la población menor de quince años y mayor de 64 años, está llegando a su fin.

 

En paralelo, también los hábitos de consumo están cambiando. La digitalización, una de sus tareas pendientes en los últimos años, está avanzando a gran velocidad: el Digital Evolution Index 2017, elaborado por Harvard Business Review, situó a México, Colombia y Brasil como tres de los países del mundo que más rápido se están digitalizando. La penetración de Internet, por ejemplo, pasó de menos del 10% de los hogares en 2004 a casi el 50% en 2017.

 

Con todo, el comercio electrónico continúa encontrándose con grandes barreras en algunas de las mayores potencias de la región, como la inseguridad, la relativa baja tasa de bancarización o del uso de tarjetas de crédito.

 

 

 

 

Más de 160.000 millones de dólares

Latinoamérica es también la gran promesa para el mercado de la moda y, en particular, por su cercanía cultural, del español, con una creciente clase media y alta.

 

El mercado de la moda en Latinoamérica ascendió a 160 millones de dólares en 2016, según los últimos datos disponibles de la consultora BMI Research. El sector en la región tiene un tamaño similar al de Oriente Próximo pero crece más que Asia,  con un ritmo estimado del 7,2% anual hasta 2021, cuando superará 220.000 millones de dólares. 

 

Sin embargo, las barreras arancelarias y el comercio informal son todavía frenos para que la moda se desarrolle todavía más en la región, en la que el retail se concentra en centros comerciales y un puñado de ejes prime de las principales metrópolis.

 

El segmento del lujo es uno de los que más está creciendo en la región. Según el informe World Ultra Wealth 2018, elaborado por Wealth-X, la población con más de 50 millones de dólares en Latinoamérica y el Caribe aumentó un 18,1% el año pasado, y su patrimonio conjunto creció casi un 20%, si bien gran parte de su gasto en artículos de lujo y moda continúan realizándolo fuera del continente.