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Textil Folgarolas: la fórmula ‘made in Spain’ industrial que enamoró a Victoria Beckham

La compañía catalana de tejeduría, una de las pocas supervivientes de la industria textil en Cataluña y que mantiene toda su producción en la zona, ha participado en la nueva colección de Mango con la antigua Spice Girl.

Textil Folgarolas: la fórmula ‘made in Spain’ industrial que enamoró a Victoria Beckham
Textil Folgarolas: la fórmula ‘made in Spain’ industrial que enamoró a Victoria Beckham
España se mantiene como el principal mercado de la compañía, donde también provee prendas para otras empresas como Massimo Dutti.

Celia Oliveras Castillo

6 may 2024 - 05:00

Textil Folgarolas se resiste en el textil de calidad español. La compañía familiar de tejeduría, que mantiene sus instalaciones en la localidad de Terrassa (Barcelona), ha participado en la nueva colección que el grupo de distribución de moda Mango ha llevado a cabo con Victoria Beckham. La empresa concentra el grueso de su producción en la elaboración de prendas de lino y lana, y lleva a cabo casi todo el proceso en sus instalaciones. Es allí donde se ha elaborado por completo uno de los trajes que Mango ha comercializado como parte de su colección junto a la antigua Spice Girl.

 

El proceso de fabricación de Folgarolas comienza con la adquisición de hilo a diferentes proveedores europeos, que más tarde urde y teje en su propia fábrica de Terrassa. Los procesos de acabado y tintado las subcontrata a varias empresas también de la zona, como Grau y Acabats del Vallès. “Si hemos decidido apostar por este modelo no es para generar más beneficio, sino porque da fuerza al propio origen del negocio”, explica el consejero delegado de la empresa, Pepe García, a Modaes.

 

Folgarolas cerró 2023 con una facturación de alrededor de seis millones de euros, menos de la mitad de lo que llegó a ingresar la compañía antes de la pandemia, cuando su cifra de negocio alcanzaba los diez millones de euros. Pese a ello, García, que forma parte de la cuarta generación de la familia fundadora, celebra la resistencia de su compañía, y prevé que a cierre de 2024 las ventas de Folgarolas alcancen los siete millones de euros.

 

 

 

 

“Lo que hacemos es un ejercicio de resistencia, hay que tener cuidado con todo y saber cómo manejar el stock -explica el consejero delegado-; porque lo que está claro es que si las empresas como la nuestra cierran, no se van a volver a montar”.

 

Actualmente la compañía gestiona un volumen de alrededor de un millón de tejidos al año, que van destinados en su mayor parte a prendas como abrigos y gabardinas, que es el principal fuerte del negocio de la empresa. Algunas piezas de este tipo de Massimo Dutti o de El Ganso también salen de las instalaciones de Folgarolas.

 

España se mantiene como el principal mercado de la compañía, donde también provee prendas para otras empresas del sector como Bimba y Lola, Roberto Verino o El Corte Inglés, y representa un 60% de su negocio. Francia, sin embargo, también es uno de los mercados que más peso tiene para Folgarolas, con clientes como la marca Sezáne.

 

Estados Unidos, Reino Unido, Japón o Corea del Norte también forman parte del mapa de clientes de la empresa, que asegura que se mantiene como un referente para las marcas que buscan tanto calidad como tejidos más sostenibles. El traje de Beckham está hecho con un porcentaje de viscosa proveniente de bosques regenerados.

 

 

 

 

En este sentido, la empresa lamenta la implementación final del Perte de Economía Circular, las líneas de ayudas otorgadas por el Ministerio de Transición Ecológica y que prevén una inversión de 97,5 millones de euros en ayudas a la moda. García critica que el Perte está “pensado únicamente para el sector de reciclaje”, y ha dejado fuera al resto de la cadena productiva.

 

García, que gestiona la compañía de la mano de su esposa Mireia Cazador, responsable financiera y jurídica de la empresa, explica que el modelo actual de producción de Folgarolas se asentó hace un año, cuando la compañía tomó la decisión de relocalizar toda su producción, que entonces también se llevaba a cabo en Turquía, a Terrassa.

 

“Tuvimos la suerte de que la nave de al lado estaba libre, y decidimos invertir para traer todo el proceso aquí”, añade García. La operación supuso una inversión de dos millones de euros, de los que 235.100 fueron financiados a través de una subvención de la Generalitat de Catalunya.

 

Folgarolas cuenta con una plantilla de 20 empleados y descarta expandir su negocio a otros sectores del mundo textil como el hogar ni abrir el capital familiar. De cara al futuro, sin embargo, García asegura que está contemplando la opción de invertir en nuevos proyectos con el objetico de reforzar la producción. Este proyecto, sin embargo, lo llevaría a cabo a través de una nueva sociedad en la que Folgarolas fuera accionista, junto con otros socios capitalistas, pero no dejando entrar a terceras partes en la propia estructura de la empresa familiar.