Juan Ramón Meléndez, el capitán del Scrap de la moda

De las latas, al trapo. Juan Ramón Meléndez toma las riendas de uno de los mayores retos que tiene por delante la industria española de la moda: dar forma al Scrap, la sociedad que permitirá dar respuesta a la Responsabilidad Ampliada del Producto (RAP), impulsada por los mayores grupos del sector. Aunque su aterrizaje en el sector del reciclaje fue más consecuencia del amor a su esposa que del amor a la ecología, este coruñés parecía destinado a ponerse al frente de la Asociación para la Gestión del Residuo Textil, entidad que dirige desde principios de julio.

Revista Modaes número 52
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Nacido en A Coruña en 1966, Meléndez cursó Empresariales en A Coruña y Santiago, aunque lo que realmente quería estudiar era Filosofía y Letras. “Mi novia y actual esposa quería estudiar Empresariales y allí que me fui; mi padre se alegró muchísimo, la verdad, y en realidad descubrí que me gustaba”, recuerda el ejecutivo, de padre funcionario y madre secretaria en un despacho de abogados.

Después de un par de trabajos, uno de ellos en una empresa de material de oficina, Meléndez dio el salto a la empresa familiar. “Mis suegros tenían una empresa de arcones congeladores, que en Galicia se usan bastante”, recuerda, al tiempo que explica que aquella experiencia laboral le ayudó a “entender cómo funcionan las pymes”. “Pero mi familia política vendió la empresa y tuve que buscar trabajo”, relata.

Era 1996 y buscaba trabajo a través de los anuncios de los periódicos. Uno de los que encontró era de la Asociación Nacional de Fabricantes de Envases de Vidrio (Anfevi), que “buscaba a un responsable para organizar el reciclaje de vidrio en Galicia”. “Así entré en el mundo del reciclaje: aún no era el scrap del vidrio, pero tuve que hablar con ayuntamientos, poner contenedores, negociar con las empresas de gestión, organizar el transporte… algo parecido a lo que tendré que hacer ahora en el textil”, dice.

Juan Ramón Meléndez nació en A Coruña y ha pasado por los scraps del vidrio o de las latas

En el 2000, Meléndez fue nombrado director de operaciones de Ecovidrio, el scrap español del vidrio, basado en Madrid y con la misión de crear la estructura del sistema, que pasó de cuatro a quince empleados en su etapa.

Seis años después, el directivo decidió emprender y creó la consultora Sistemas Medioambientales de Galicia (Sismega), para sacar partido a la estrecha relación que había tejido durante años con los gobiernos autonómicos. “Las administraciones, los ayuntamientos, pasaron de ser mis interlocutores en la mesa de negociación a diseñar proyectos para ellos”, recuerda.

Aunque dice que pasó la crisis de la Gran Recesión “bastante bien”, en 2013 traspasó la empresa a sus empleados para regresar a otro scrap: se convirtió en gerente de relaciones institucionales de Ecoembes. “Fueron años en los que aprendí muchísimo, en una organización muy compleja con alto nivel de cualificación y muy femenina -ensalza-; pasaba el día viajando, de Madrid a A Coruña, pero también a Bruselas”.

“Te viene este grupo de empresones, te explica las aristas, el reto y no puedes decir que no; es el sueño de una vida”, confiesa Meléndez

“Estaba feliz, pero vinieron las latas y, después de 22 años yendo y viniendo de Galicia a Madrid, por primera vez me ofrecieron trabajar desde A Coruña”, recuerda. Desde octubre de 2018 hasta el pasado julio, Meléndez fue director general de la Asociación de Latas de Bebidas.

Y entonces, aunque explica que “estaba feliz” en la Asociación de Latas de Bebidas, nuevo cambio: “te viene este grupo de empresones, te explica las aristas, el reto y no puedes decir que no; es el sueño de una vida”, dice Meléndez en referencia a su fichaje por la Asociación para la Gestión del Residuo Textil, que representa a Inditex, Decathlon, H&M, Ikea, Kiabi, Mango, Tendam, Primark, Sprinter o El Corte Inglés.

Meléndez pasa ahora “de un entorno sosegado a volver a los aviones y trenes” y comienza “años de darlo todo”. El nuevo presidente de la Asociación para la Gestión del Residuo Textil reconoce que no conoce apenas el textil, aunque afirma que “salvo pneumáticos, aceites y medicamentos, ha pasado por todo tipo de reciclaje: del vidrio, al cartón, el envase o la madera, y también el plástico agrícola y el electrodoméstico”. Sabe que lo tiene todo por delante y que tendrá que “armar estructura, definir el funcionamiento y buscar la colaboración de todos los agentes” y sueña con que, quizás un día, se consiga emular a Ecoembes y crear el gingle del verano con el reciclaje de ropa.