2022, el año en que la moda española volvió a perder el tren del ‘lobby’
El primer año del denominado Observatorio de textil, moda y calzado se salda sin haber conseguido su principal objetivo, un Perte específico para el sector de la moda. La entidad que estaba llamada a convertirse en la nueva patronal termina el año con casi ningún avance.
27 dic 2022 - 05:00
Era una de las históricas tareas pendientes de la moda en España, y a finales de 2021 parecía que, por fin, el sector se encaminaba a lograrlo. Tener una patronal única parecía algo más cerca cuando, en noviembre de 2021, se constituyó el Observatorio de textil, moda y calzado. El proyecto, impulsado por las patronales Consejo Intertextil Español (CIE) y Confederación ModaEspaña, tenía como principal objetivo lograr el gran ansiado Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) con el que vehicular la captación de fondos europeos para transformar la industria textil en España.
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Un año después, el Observatorio ha fracasado en ese objetivo. El sector aeroespacial, la salud, el agroalimentario, la industria naval, la microelectrónica, la economía social y la automoción tienen sus propios Perte, pero no la moda, que se ha tenido que conformar con ser uno de los sectores estratégicos en el Perte de economía circular. El proyecto contempla captar ayudas por valor de 492 millones de euros y espera movilizar recursos por más de 1.200 millones de euros hasta 2026.
El Observatorio comenzó a gestarse a principios de 2021, cuando ModaEspaña, el Consejo Intertextil Español (CIE) y la Federación de Industrias del Calzado Español (Fice) presentaron tres manifestaciones de interés (MDI) a los Ministerios de Transformación Digital, Transición Ecológica e Industria. Aquella fue la primera vez desde la ruptura de la patronal de la moda que el sector se unió para desarrollar un proyecto común, con el apoyo de 340 organizaciones de la industria y otros sectores y veinte centros tecnológicos y universidades.
En abril, ya sin Fice, y de la mano también de la Asociación de Empresas de Confección y Moda de la Comunidad de Madrid (Asecom) y el Centro de Información Textil y de la Confección (Cityc) se definieron seis bloques de trabajo, con el apoyo de la consultora Deloitte (que hoy ya no trabaja en el proyecto) y gigantes de la distribución de moda como Inditex, Mango o Tendam. Como resultado, se identificaron los diez programas a activar.
El proyecto busca captar ayudas por valor de 492 millones de euros
Esos programas se presentaron en febrero de 2022, cuando se detalló que la aspiración era movilizar en total 4.000 millones de euros de fondos públicos y se explicaron los diez programas, entre los que se encontraban el Scrap (sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor) que el sector deberá crear para cumplir con la ley de residuos, un hub de reciclaje y un programa de digitalización. “Nuestra ambición es que haya un paraguas que cubra nuestras necesidades de financiación en la forma que sea, sea Perte o no; estamos en la fase final de la negociación”, señalaron entonces fuentes de las negociaciones. “Las reuniones han sido muy positivas, el proyecto se entiende y se comparte, y en las próximas semanas se definirá cómo articularlo”, añadían entonces. Pero pasaron las semanas y no hubo definición de ningún tipo. Tampoco se sabe nada de la otra parte de captación de recursos: la financiación privada. El objetivo era captar 10.000 millones de euros de aportación de las asociaciones fundadoras y sus asociados y la tasa asumida por los integrantes de los grupos de trabajo, donde entran los gigantes del sector. La meta contemplaba levantar financiación de entre 100 y 150 compañías para cada uno de los proyectos.
La única noticia de relevancia que ha protagonizado el Observatorio durante el último año ha sido la incorporación al equipo de José Monzonís. El expresidente de Fice es desde marzo el “asesor corporativo” de la asociación, y no consejero ejecutivo, como se preveía inicialmente. Adriana Domínguez, presienta de Adolfo Domínguez, y Juan Parés, consejero delegado de Textil Santanderina, continúan como presidenta y vicepresidente del Observatorio, respectivamente.
Aun así, la cara más visible del Observatorio durante el último año ha sido Ángel Asensio, presidente de ModaEspaña, Fedecon y de la Cámara de Comercio de Madrid. Al margen del Perte, el Observatorio tampoco ha cumplido con su otro rol esperable como lobby, con acciones de cara a la opinión pública: salvo dos eventos organizados en Madrid (con una mínima cobertura mediática gracias a la representación institucional) el perfil comunicativo de la asociación ha sido inexistente.
La incorporación de José Monzonís fue la única noticia relevante este 2022 en el Observatorio
Fuentes cercanas a la entidad apuntan a que la falta de cohesión interna ha sido uno de los frenos para el mayor avance del Observatorio. Ese fue también el motivo que, en 2013 motivó la ruptura entre el Consejo Intertextil Español, la federación que agrupaba hasta entonces las diferentes patronales españolas del sector, y dos de sus miembros, la Agrupación Española del Género de Punto (Aegp) y la Federación Española de Empresas de la Confección (Fedecon) en plenas negociaciones del convenio textil.
El Observatorio pareció volver a unir a esas dos facciones bajo un objetivo común, sumando además a los grandes operadores de retail, pero las diferencias están marcando de nuevo la tónica de las conversaciones.
Ruptura en el comercio
Con el Observatorio sin grandes avances, la otra gran noticia en el ámbito asociativo tampoco da muestras de una mayor unión del sector, sino todo lo contrario. Inditex, H&M, Primark, Uniqlo e Iberian Sports retail Group (JD Sports y Sprinter) constituyeron en noviembre una nueva asociación empresarial al margen de la que hasta entonces era la patronal de referencia en el comercio de moda en España, la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex). La creación de la denominada Asociación Retail Textil España (Arte) estuvo liderada por Inditex, lo que supone un movimiento insólito en la compañía gallega, que siempre ha ejercido lobby con un perfil más bajo y que por el momento sigue formando parte de Acotex, que se mostró “sorprendida” y “apenada” por la creación de la nuva asociación. “Nos da pena que no vayamos todos unidos en la defensa de nuestros intereses, y entendemos que debe haber algún tipo de interés que choca con otros asociados que tenemos”, dijo Eduardo Zamácola, presidente de la asociación madrileña.
A cierre de esta edición, el proyecto despierta más incertidumbres que certezas, aunque por el tamaño de sus asociados tiene, si fuera su intención, suficiente representatividad para sentarse a la mesa negociadora de los convenios.
También podría incluso proponer la negociación de un convenio a escala colectiva, como sucede en otros sectores. Hasta ahora, las condiciones de los trabajadores del comercio de moda se deciden en convenios provinciales, algunos específicos para el textil y otros para el comercio en general.
La constitución de la asociación llega tras movilizaciones y huelgas en el comercio
En cualquier caso, los convenios, ya sean provinciales, autonómicos o un futuro convenio estatal, son ahora más importantes que nunca, ya que la nueva reforma laboral prioriza el convenio colectivo sectorial al convenio de empresa en aspectos como los salarios o la regulación de los contratos fijos discontinuos a tiempo parcial, muy importantes en el comercio.
Además, la constitución de esta nueva asociación llega tras una oleada de movilizaciones y huelgas en el comercio, donde los trabajadores reclaman aumentos salariales para compensar el efecto de la inflación en el poder adquisitivo y mejores condiciones, especialmente para los fijos discontinuos.
Las que tuvieron mayor seguimiento fueron las convocadas en noviembre por las empleadas en tienda de Inditex en la provincia de A Coruña coincidiendo con el Black Friday. La Confederación Intersindical Gallega (CIG) reclamaba un incremento de 440 euros mensuales por cada dependienta, mientras que Inditex proponía una subida de 180 euros para el primer año, de 200 euros el segundo y de 240 euros el tercero.
En cualquier caso, si 2021 fue el año de la esperanza de más unión, 2022 ha sido el ejercicio en que esa esperanza se ha roto, al menos por el momento. Después de que la pandemia pusiera la colaboración en el centro del discurso de todo el sector, parece que no termina de materializarse, ni siquiera por una motivación como acceder a los ansiados fondos europeos justo en el momento en que la legislación aprieta y más los necesita el sector.