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Adolfo Domínguez cierra sus oficinas en Madrid y prescinde de sus últimos 50 empleados

La sede se había abierto en 2014 para trasladar a la capital los departamentos de márketing e ecommerce, entonces pilotado por Valeria Domínguez, una de las hijas del diseñador.

Iria P. Gestal

30 mar 2017 - 05:00

Adolfo Domínguez cierra sus oficinas en Madrid y prescinde de sus últimos 50 empleados

 

 

 

 

Adolfo Domínguez adelgaza su estructura. La compañía gallega, con sede central en Ourense, ha cerrado las oficinas que tenía en Madrid y ha iniciado negociaciones con los empleados, algunos de ellos fichados en Madrid, que decidan no trasladarse a Ourense. El cierre se produce en un momento convulso para el grupo, que lleva desde el pasado verano sin consejero delegado pero que en los nueve primeros meses del ejercicio logró  remontar las ventas por primera vez desde 2007.

 

 

Las oficinas se habían puesto en marcha en 2014 con el objetivo de trasladar los departamentos de márketing e ecommerce a la capital, donde ya estaba basada la dirección comercial para el mercado ibérico. 

 

La empresa, que hasta entonces contaba con una pequeña área de oficinas en su flagship de la calle Serrano, se instaló en la calle Méndez de Álvaro. El departamento de ecommerce, por su parte, estaba entonces pilotado por Valeria Domínguez, una de las hijas del diseñador y fundador de la empresa, Adolfo Domínguez.  Bajo la dirección de Estanislao Carpio, la empresa fue trasladando a la capital todos los equipos de dirección del grupo que, tras la salida de Carpio, han comenzado a reubicarse progresivamente de nuevo en Ourense. Ahora, la compañía mantendrá en Madrid una pequeña estructura para dar servicio a los departamentos de relaciones públicas y comercial.

 

Coincidiendo con la puesta en marcha de las oficinas, la compañía incorporó en 2014 a Laure Pelloux como nueva directora de márketing, basada en las nuevas oficinas. Junto a Pelloux se incorporaron también Leovigildo Puentes Hoces como director de IT-organización y Antonio Valls como responsable de operaciones. Ambos abandonaron la empresa a mediados del año pasado, cuando el grupo comenzó a desmontar el equipo de confianza de Carpio a las puertas de su despido.

 

Pelloux, por su parte, fue la última ejecutiva del equipo de Carpio en salir de la empresa, que abandonó  a finales del pasado julio. En octubre, Valeria Domínguez también dejó la compañía para emprender y puso en marcha Digital Influencer, una start up enfocada a la creación de una comunidad online para profesionales del sector digital.

 

 

 

 

Hasta ahora, permanecían en las oficinas madrileñas cincuenta miembros del equipo que negocian su traslado a San Cibrao das Viñas (Ourense), donde se encuentra la sede central y que volverá a acoger a partir de ahora los departamentos de márketing e ecommerce.

 

En 2015, cuando la empresa se encontraba negociando el expediente de regulación de empleo (ERE) que afectó a 144 trabajadores, Adolfo Domínguez anunció el traslado de los 21 empleados que trabajaban en U, la cadena joven del grupo, a las oficinas madrileñas, si bien el traslado no se terminó concretando.

 

El cierre de la sede de Adolfo Domínguez se enmarca en una etapa agridulce del grupo. Después de reorganizar su equipo y tras fracasar en el fichaje de Costas Antimissaris como nuevo consejero delegado, Adolfo Domínguez cerró los nueve primeros meses de su ejercicio con un resultado neto negativo de 12,3 millones de euros, frente a las pérdidas de 16,9 millones de euros del mismo periodo del año anterior.

 

Sin embargo, la empresa incrementó su facturación por primera vez en nueve años, con un alza del 1,4% hasta noviembre, hasta 73,05 millones de euros. En España, la compañía ha encogido su red comercial: el último establecimiento que ha cerrado es el de la Rúa da Senra de Santiago de Compostela, que bajó la persiana después de que Adolfo Domínguez se desprendiera del local.

 

En cambio, la empresa mantiene una buena salud en Latinoamérica, donde la semana pasado abrió un nuevo establecimiento en Ciudad de México, con lo que ya suma 140 establecimientos en el país