Carrera y Carrera, punto y final: encara la liquidación
El Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid ha abierto la fase de liquidación del concurso y ha suspendido la junta de acreedores fijada para el 17 de septiembre.
17 jun 2019 - 04:57
Carrera y Carrera encuentra su final en los juzgados. La histórica compañía de joyería encara la liquidación tras no superar el concurso de acreedores, al que se acogió el año pasado. La empresa, controlada por inversores rusos, se encontraba desde hacía tiempo en una situación compleja, y finalmente no tendrá continuidad.
El Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid abrió a principios de junio la fase de liquidación de la compañía, suspendió la junta de acreedores fijada para el 17 de septiembre y declaró disuelta la sociedad.
El 3 de junio, el juez daba un plazo de quince días a la administración concursal para presentar un plan para la realización de los bienes integrados en la masa activa concursal, que todavía no ha sido hecho pública.
Carrera y Carrera presentó concurso de acreedores el año pasado
En el último año, Carrera y Carrera replegó su red comercial en el mercado español, cerrando todas sus tiendas y corners en El Corte Inglés. En paralelo, la compañía prescindió del grueso de su plantilla, hasta contar con sólo una veintena de empleados.
La empresa está desde 2014 en manos de la sociedad Caruli Limited, controlada por un grupo de inversores rusos, que compró la empresa a Lladró. La sociedad tiene su domicilio en Londres, aunque según el Registro Mercantil su matriz es Brand Marketing&Management, con sede en Suiza.
Tras el cambio de manos, el nuevo propietario remodeló todo el equipo directivo y colocó al frente a Svetlana Kuprianova, quien asumió las riendas en 2012. Su segundo al mando era Javier Gala, hoy en Uno de 50, quien fichó por Carrera y Carrera en 2006 y llegó a ser subdirector general. Desde 2018, la empresa está pilotada por Julia Eremina, ex responsable de la marca en el mercado ruso.
La empresa está desde 2014 en manos de unos inversores rusos, que controlan la compañía a través de la sociedad Caruli
La empresa se acogió al preconcurso de acreedores en verano de 2018, aunque finalmente terminó entrando en los juzgados en diciembre tras no lograr llegar a un acuerdo. Aunque Carrera y Carrera no deposita cuentas en el Registro Mercantil desde 2014, fuentes cercanas al grupo estimaban entonces que su deuda podría superar los diez millones de euros, la mayoría con entidades bancarias.
Carrera y Carrera es una de las marcas más longevas del lujo español. La empresa echó a andar en 1885 de la mano de Saturio Esteban Carrera, que puso en marcha un pequeño negocio de joyería en el Barrio de las Letras de Madrid. En la década de los años veinte, José Esteban Carrera, hijo de Saturio, asumió la gestión de la empresa tras aprender el oficio de lapidario en París.
La firma es una histórica de la joyería española: inició su trayectoria en 1885
Más tarde, también se incorporaron al negocio sus sobrinos: José, Saturio, Pedro y Andrés, quienes trabajaron para la compañía en sus años de esplendor, la década de los cincuenta y sesenta, cuando la marca ganó relevancia internacional de la mano de las actrices de Hollywood que visitaban entonces España.
El relevo a la cuarta generación se produjo en la década de los sesenta, cuando Manuel Carrera, bisnieto de Saturio, tomó las riendas de la compañía y comenzó a dar sus primeros pasos en el extranjero. La marca fue uno de los estandartes del lujo español y fue, junto a Loewe, socio fundador del Círculo Fortuny, al que ya no pertenece.
Oleada de cierres
Carrera y Carrera se suma a la oleada de cierres de la moda española, que se ha acelerado en el último año. Sólo en los últimos doce meses han ido a liquidación Intropia, Saroni, Piu et Nau, Sybilla y TCN, aunque en este último caso la marca continúa operando tras ser adquirida por el grupo Nath.
Otros casos encontraron una salida tras el concurso, como Trucco, que fue adquirida por el fondo de inversión Black Toro, mientras que algunas compañías continúan en los juzgados tratando de llegar a un acuerdo con los acreedores, como Barcarola, The Hip Tee o Almatrichi.