Entorno

Crecimiento global: la brecha entre países se estrecha mientras los perdedores se quedan atrás

Entre 1995 y 2023, los ingresos de las economías de la parte baja del esquema se han más que triplicado, aunque algunos países se están quedando atrás ante su incapacidad de aprovechar el comercio global y las últimas crisis.

Crecimiento global: la brecha entre países se estrecha mientras los perdedores se quedan atrás
Crecimiento global: la brecha entre países se estrecha mientras los perdedores se quedan atrás
El peso de las economías de renta media y baja en el comercio mundial se ha elevado en 17 puntos porcentuales

Celia Oliveras

10 sep 2024 - 05:00

Comercio e inclusividad: Cómo hacer el comercio mundial para todos. Con un nombre así de ambicioso ha presentado la Organización Mundial del Comercio (OMC) su último informe anual sobre el comercio mundial, que coincide con el treinta aniversario de la formación de la entidad. En las últimas tres décadas, entre 1995 y 2023, los ingresos mundiales han crecido un 65%, hasta alcanzar 11.570 dólares per cápita de media. Paralelamente, la misma cifra se ha más que triplicado en las economías de renta media y baja, que se han elevado desde 1.835 dólares per cápita hasta 5.337 dólares.

 

China, el proveedor mundial y conocida ya por ser la fábrica del mundo, ejemplifica este crecimiento estelar. Con 1.412 millones de habitantes, el Producto Interior Bruto del gigante asiático ya supone un 73% del de Estados Unidos, frente al 7% que representaba en 1990. Con un PIB de 18,3 billones de dólares, la economía china ha crecido a una media de un 9% anual desde entonces.

 

El organismo ha celebrado el papel que ha tenido el comercio mundial en el desarrollo de estas economías: en el mismo periodo, el peso de las economías de renta media y baja se ha elevado en 17 puntos porcentuales, hasta suponer un 38% del volumen total del comercio mundial, mientras que el de las economías en desarrollo ha aumentado 14 puntos porcentuales, pasando del 5% que suponía en 1995 al 19% que representó en 2021.

 

 

 

 

El peso de estos países en la economía mundial ha dado un vuelco: si en 1980 las economías desarrolladas (Francia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos, entre otros) concentraban el 60% del PIB mundial, hoy en día son las economías en desarrollo las responsables de ese porcentaje.

 

El mayor peso del comercio en las economías de estos países, además, ha reducido la pobreza en la población de estas economías, asegura el informe de la OMC: mientras las importaciones y exportaciones han duplicado su peso en el Producto Interior Bruto de los países de la parte baja del esquema mundial (de un 16% a un 32%), el índice de pobreza en estas economías cayó hasta un 10,6% en 2022.

 

La cara más oscura del comercio

Ante unas cifras tan aparentemente positivas, sin embargo, el foco de la entidad en la inclusividad deja a la vista algunos de los retos que todavía encara el comercio mundial. Mientras el comercio tiene la capacidad de aumentar el bienestar general de las economías, también puede suponer un aumento de la desigual dentro de estos países. La pérdida de empleo por el aumento de la competitividad al entrar en un mercado más amplio es uno de los grandes riesgos a los que se enfrentan los países.

 

 

 

 

El viraje de sectores con una menor demanda de aptitudes a otros más especializados, por ejemplo, puede dejar atrás a una parte de la población que ocupa tradicionalmente estos puestos de trabajo, como son las personas con menos ingresos, los dueños de pequeños negocios o las mujeres.

 

“El comercio tiene la capacidad de aportar beneficios a muchas personas, pero la disparidad entre aquellos que saben adaptarse a este nuevo panorama y los que no, crea el riesgo de aumentar la desigualdad”, confirma la OMC. Entre 1996 y 2021, de hecho, un tercio de las economías de renta baja y media han crecido a un ritmo menor que las economías avanzadas.

 

La mayoría de estas economías donde, a diferencia de la dinámica general, la brecha entre sus economías y las del resto del mundo se está expandiendo, son países de África, Latinoamérica y Oriente Próximo y representan un 13% de la población mundial. La especialización en sectores primarios como la agricultura, por ejemplo, eleva la dependencia de estos países de indicadores tan volátiles como el precio de las commodities o la estabilidad macroeconómica.

 

 

 

 

La trampa del ingreso medio

Esta misma idea la reflejaba el Banco Mundial en su informe anual La trampa del ingreso medio, en el que analiza las dificultades de las economías de evolucionar hasta el segmento de ingresos altos. Según los datos de la entidad, de los 108 países que en 1990 estaban clasificados como tal, apenas 34 han conseguido evolucionar su economía hasta unos ingresos elevados.

 

Para llevar a cabo este salto, el Banco Mundial explica la necesidad de que estos países pasen de estrategia únicamente de aceleración de la inversión a otras que también contemplen la infusión, o atracción y difusión de nuevas tecnologías por todo el país, e innovación, para contribuir a la expansión del conocimiento mundial y no únicamente beneficiarse de ella.

 

Según la entidad, en la última década, las perspectivas de crecimiento de estos países han empeorado debido al auge del proteccionismo, las presiones para adaptarse a la transición energética y el envejecimiento de la población.

 

El optimismo de la OMC choca con la mirada más conservadora del Banco Mundial, en un momento en el que, además, el ecosistema del comercio mundial parece que escucha cada día menos lo que tenga que decir la OMC. Las barreras proteccionistas alzadas en los últimos meses entre Estados Unidos, Asia y Europa son apenas un ejemplo del nuevo rumbo, no aparentemente más abierto hacia el comercio, que están tomando los países.