Entorno

La moda vuelve a entrar en los juzgados con una docena de expedientes en 2016

Según el último baremo concursal de PwC, en el tercer trimestre del año se abrieron un total de 16 expedientes de concursos de acreedores en el textil.

S. Riera

27 oct 2016 - 04:53

 

Caramelo y Blanco ponen de relieve un goteo de procesos concursales en la moda española y muestran un cambio de tendencia en la recuperación del sector. La difícil consolidación de la recuperación económica y la transformación del modelo de negocio del sector ha provocado que la moda en España haya regresado a los juzgados en 2016.

 

El último baremo concursal que elabora la consultora Pwc, correspondiente al tercer trimestre de 2016, señala que se abrieron un total de 16  expedientes de concursos de acreedores en el ámbito del textil. En el acumulado del año, se han abierto 43 procesos concursales. Sin embargo, la cifra está por debajo de los registrados en años anteriores entre enero y septiembre. El año pasado, el textil en España registró 57 concursos y, en 2014, un total de setenta.

 

A lo largo de este año, han solicitado concursos de acreedores tanto empresas de larga trayectoria como Fuentecapala, Viriato o Jota+Ge, como negocios de retail como Marypaz, Tino González o Spantapájaros, en la industria, con Nylstar, e incluso en ecommerce, como Fashion Pills. La crisis está detrás de la mayoría de estos nuevos expedientes cursados este año, aunque no es la única causa. La antigua Sadecor, propietaria de la marca de íntimo Evelyn, tampoco llegó a superar el proceso concursal.

 

 

En el caso de Fuentecapala, la compañía ha entrado en los juzgados después de acometer un giro estratégico y desprenderse de su capacidad productiva. La empresa ejecutó varios expedientes de regulación de empleo (ERE) en su fábrica de Navalmoral de la Mata (Extremadura) hasta cerrarla.

 

Viriato es otra histórica del textil gallego que se encuentra en la cuerda floja. Después de ejecutar un ERE sobre parte de la plantilla en fábrica y recibir un préstamo de un millón de euros por parte de la Xunta para encaminar una nueva etapa, la compañía finalmente solicitó concurso voluntario de acreedores a finales de septiembre. La empresa, especializada en punto, estaba en plena reconversión de producto y revisión de su red de distribución.

 

La vizcaína Jota+Ge sigue inmersa también en el proceso concursal en el que entró a principios de 2016. La empresa llevó a cabo entonces un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) sobre parte de una plantilla de veinte trabajadores, que consistió en una reducción de la jornada laboral.

 

En el ámbito de la industria textil, Nylstar vuelve a estar en la cuerda floja. Pese haber retomado la actividad la semana pasada, la compañía tiene pendiente aún encontrar financiación para garantizar la viabilidad de la planta. El pasado julio, esta histórica del textil catalán estuvo a un paso del cierre tras solicitar un ERE sobre la totalidad de la plantilla, que finalmente se echó atrás.

 

La cadena de calzado Marypaz, por su parte, se acogió a un preconcurso el pasado marzo con una deuda de en torno a treinta millones de euros. A principios de septiembre, el fondo de inversión Black Toro Capital acudió en su rescate con una inyección de capital precisamente de treinta millones de euros y estableció una nueva hoja de ruta.

 

 

La moda infantil de Spantapájaros no llegó a superar el concurso y entró en fase de liquidación. La empresa no pudo absorber un fuerte plan de expansión que le llevó a tejer una red de hasta 56 establecimientos en España entre 2011 y 2012.

 

El ecommerce Fashion Pills, por su parte, también encaró el proceso de liquidación a principios de año tras no encontrar financiación para dar viabilidad a la compañía. La empresa, fundada en 2011, había entrado en concurso a finales de 2015 después de intentar remontar el vuelo por segunda vez con la ayuda de business angles de Iese y la aceleradora de negocios Intelectium.

 

En el caso de la antigua Sadecor, con sede en Palencia y especializada en íntimo femenino, que comercializaba bajo la enseña Evelyn, echó finalmente el cierre el pasado agosto al no poder hacer frente al calendario de pagos del plan de viabilidad.

 

El año pasado, también hubo reestructuración de empresas clave en el negocio español de la moda. Fue el caso del ERE en Adolfo Domínguez sobre un centenar de trabajadores, que fue el inicio de una reestructuración más profunda que terminó barriendo a gran parte del equipo directivo. Otra de estas compañías fue la cadena de complementos Aïta, que estuvo cerca de un año en los juzgados y que finalmente fue rescatada por Kangaroos.

 

El grupo de distribución de calzado Tino González, por su parte, lleva en concurso desde 2013. El pasado julio, la compañía fichó a Juan Andrés Corrochano nuevo director general, en sustitución de Enrique Morales, que salió de la empresa para incorporarse a Bodybell. La entrada de Corrochano tiene lugar mientras la empresa encara la salida del concurso.