Lenzing, echar raíces en la industria de la moda
La compañía austriaca comenzó dedicándose a la industria papelera, fue expropiada por el ejército nazi y hoy es uno de los líderes en la producción de fibras celulósicas.
16 jul 2020 - 04:41
Del papel a la moda. En 1980, el industrial Emil Hamburger decidió a sumarse a la pujante industria papelera del municipio austriaco de Lenzing con la compra de una fábrica. Con el paso de los años y tras ser expropiada por el ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial, la compañía, que recibe el nombre de la localidad donde nació, se ha convertido en uno de los gigantes industriales de la moda. Lenzing, especializada en la producción de fibras celulósicas, ha hecho de la sostenibilidad su ventaja competitiva.
Orígenes
Los orígenes de Lenzing hay que buscarlos en 1890, cuando Emil Hamburger compró una fábrica de papel (llamada Satarlingermühle, donde se fabricaba a mano papel a partir de residuos textiles) en la población de Lenzing. En aquel momento, el río Ager suministraba toda el agua que necesitaba la fábrica, las minas de la región de Hausruckviertel facilitaban la energía y las montañas de los alrededores, la materia prima.
En 1892 se puso en marcha la primera fábrica de pulpa y papel de Lenzing. En 1935, la empresa fue adquirida por la familia de industriales de papel Bunzl y se transformó gradualmente en uno de los centros de producción de pulpa y papel más avanzados de Europa. En 1984 la empresa adoptó la denominación actual, Lenzing, antes de dar el salto al parqué en 1986.
Segunda Guerra Mundial
En la primavera de 1938, las tropas alemanas entraron en Austria. En el curso de los preparativos de guerra, Alemania ya había planeado establecer varias plantas de viscosa del Tercer Reich para independizarse de las importaciones de algodón. Lenzing fue elegida como una de esas plantas. Después de la expropiación a la familia Bunzl, la planta de viscosa Zellwolle Lenzing se construyó cerca y se inauguró en 1939. Posteriormente se estableció un subcampo para mujeres del campo de concentración de Mauthausen en la ciudad vecina de Pettighofen y el régimen nazi hizo que las internas del campo de concentración trabajaran en la planta de Lenzing en condiciones inhumanas.
Sostenibilidad
La sostenibilidad ha aupado el negocio de Lenzing durante los últimos años. Como explica la propia empresa, “inicialmente la estrategia sostenible se basaba únicamente en el uso de materias primas naturales”, pero la empresa ha ido sofisticando su acercamiento a esta materia con el desarrollo de nuevas fibras que permitan reducir la huella de la industria de la moda. La empresa basa su estrategia sostenible en tres ejes: alianzas industriales, hacer más verde la cadena de valor y apostar por la economía circular.
La reconstrucción
Después del final de la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas aliadas apostaron por que la antigua Zellwolle Lenzing desempeñara un papel importante en la recuperación de Austria al convertirse en un proveedor de materias primas para la industria textil. Con la aprobación de las fuerzas aliadas y el apoyo de los bancos de Austria, la planta fue reabierta para operar en 1947. En la década de 1950, su capacidad creció a 60.000 toneladas de fibras de viscosa por primera vez. Después de muchos años de investigación y desarrollo, Lenzing lanzó en 1965 el antecesor del actual Modal, que fue la primera fibra especial fabricada por Lenzing.
Las fibras
Lenzing está especializada en la producción de fibras celulósicas, que se usan tanto en la industria de la moda como en aplicaciones industriales. El mercado mundial de fibras creció un 0,7% en 2019, hasta 106 millones de toneladas. Las fibras derivadas del petróleo son las más relevantes, con un 63% del total, mientras las derivadas del algodón representan el 24% y las de celulosa el 7%, otras fibras naturales el 5% y la lana, un 1%.
Estructura
Lenzing recibe su nombre del municipio austriaco donde se encuentra su sede, Lenzing. Las fábricas del grupo se encuentran en República Checa, Reino Unido, Estados Unidos, Austria, China e Indonesia. Además, tiene oficinas comerciales en India, China (en Shanghái y Hong Kong), Turquía, Indonesia, Estados Unidos, Tailandia, Brasil, Corea del Sur, Singapur y Taiwán. La empresa dispone además de tres centros de innovación, ubicados en Hong Kong, Indonesia y Singapur.
Fábricas
La fábrica es el corazón de Lenzing. Los planes de la empresa pasan por invertir más de mil millones de euros en nuevas plantas en los próximos años. En el primer semestre de 2019, la empresa dio luz verde a la primera fase de este crecimiento con la construcción de una planta de lyocell en Tailandia, con una capacidad de 100.000 toneladas. La planta comenzará a producir en la segunda mitad de 2021, tras una inversión de 400 millones de euros.
Marcas
Lenzing comercializa la pulpa de madera a través de diferentes marcas: Tencel, para aplicaciones textiles; Veocel, para no tejidos, y Lenzing, para aplicaciones especiales de fibra en otras áreas y productos. Dentro de estas tres marcas, la empresa cuenta con desarrollos como Refibra, Ecovero o Tencel Luxe.
‘Management’
Si en la industria de la moda el cambio de directivos está a la orden del día, en Lenzing sucede todo lo contrario. La empresa está dirigida por Stefan Doboczky, que en 2017 fue reelegido como consejero delegado del grupo, con contrato vigente hasta 2022. La cúpula del gigante austriaco de las fibras procedentes de la madera se completa con Robert van de Kerkhof, director comercial; Thomas Obendrauf, director financiero, y Stephan Sielaff, director de tecnología.
Ejercicio 2019
Las crecientes tensiones comerciales han impactado en Lenzing. El grupo explica en la memoria anual del ejercicio 2019 que “el alto nivel de incertidumbre ha llevado a un frenzado de la demanda global de fibras”. El grupo austriaco cerró el ejercicio 2019 con una cifra de negocio de 2.105 millones de euros, con una caída del 3,3% respecto a 2018 por la reducción de los precios y los volúmenes. El resultado neto de la empresa retrocedió un 22,4%, hasta 114,9 millones de euros.
Impacto del Covid-19
La paralización de la economía internacional ha impactado, por supuesto, en Lenzing. En el primer trimestre del ejercicio en curso, el grupo experimentó una reducción del 58% en su resultado neto, que se situó en 17,7 millones de euros. Las ventas cayeron un 16,7% durante el periodo, hasta 466,3 millones de euros. La empresa ha puesto en marcha un plan de contingencia y ha paralizado inversiones, pero sigue adelante con la construcción de nuevas plantas en Tailandia y Brasil.