De Rigo: nueva marca, compras y recuperación en España en 2021
El tercer mayor grupo de óptica del mundo traza un nuevo plan estratégico hasta 2025 que pasa por reforzar su cartera de marcas propias, avanzar en digitalización, reforzarse en el extranjero y realizar alguna adquisición en los próximos cinco años.
9 sep 2021 - 04:57
De Rigo emprende la remontada. La compañía de óptica, número tres del sector en el mundo, ha comenzado ya la recuperación de su negocio en el mercado español, donde supera la barrera de los 200 millones de euros. A escala global, el grupo ha trazado un nuevo plan estratégico que incluye el lanzamiento de una nueva marca, Yalea, y compras para crecer. “El proceso de concentración continuará, pero hay hueco para todos”, opina Michele Aracri, director general de De Rigo.
En 2020, España fue uno de los mercados más golpeados por las restricciones, lo que motivó un descenso del 30% de las ventas de wholesale. Sin embargo, en lo que va de año la caída se ha moderado hasta el 19%, por debajo del conjunto del mercado, recalca Pau Fonts, business development director Western Europe de De Rigo.
En total (incluyendo retail y wholesale), la empresa genera en el país un negocio de 200 millones de euros, de los cuales una gran parte corresponden a la cadena General Óptica. El wholesale, por su parte, logró aguantar gracias al mayor peso que tiene la oferta de visión en los ingresos de De Rigo. “Mientras que el sol calló un 46%, la vista se contrajo sólo un 15%”, precisa Fonts.
De Rigo prevé que las marcas propias representen un 35% de la facturación a medio plazo
Philippe Plein, Tous, Furla y Police están entre las marcas más vendidas del grupo en España, pero pronto podría estarlo también Yalea, la nueva marca propia de la compañía y la primera sólo para mujer.
El plan estratégico hasta 2025 se estructura en torno a varios vectores, incluyendo ampliar la cartera, reforzar la digitalización y reforzar su penetración internacional. “Gracias a la reducción de costes, el margen y la situación financiera están mejor que en 2019, y eso ayuda a pensar en el futuro”, recalca Aracri.
En el área digital, De Rigo centrará sus esfuerzos en su relación con los ópticos y con el cliente final, pero no tanto en el ecommerce. “El cliente compra en el óptico, pero quiere dialogar con la marca”, señala el directivo.
La compañía quiere reforzar su negocio ‘wholesale’ con una compra a medio plazo
En cuanto a su cartera de marcas, la compañía ha sumado en el último año licencias de firmas como Tumi, Aramis, Diff, Philippe Plein y Gap, que confió en el grupo italiano el lanzamiento de su primera línea de óptica.
Además, la compañía cuenta con una cartera de marcas propias compuesta por Police, Lozza y Sting, a las que ahora se suma Yalea, el primer lanzamiento de desde 1985 y la primera dedicada únicamente a mujer.
La firma tendrá un precio asequible y un posicionamiento aspiracional, situándose a medio camino entre Etnia Barcelona y Kate Spade. Para su lanzamiento, la empresa ha fichado como embajadoras a Cindy Crawford y Bianca Balti, lo que ha disparado la inversión en márketing.
El objetivo a corto plazo es que las marcas propias representen un 35% de la facturación, frente al 30% actual. Yalea, que comenzará a servir su primera campaña a finales de septiembre, facturará entre siete y ocho millones de euros en su primer trimestre y el objetivo es que alcance treinta millones en cinco años.
Otro de los focos de expansión es la internacionalización. La empresa ha firmado un acuerdo con Rodenstock para su distribución en el mercado japonés y quiere reforzarse también en Europa y América.
“En Europa, con el 70% de la población vacunada, podemos decir que lo peor ya ha pasado”, subraya el ejecutivo. “En este tiempo, el óptico era considerado un servicio esencial, y eso ha aumentado la confianza y la relación con el cliente”, opina.
De Rigo emplea a 3.300 personas y cuenta con oficinas en Italia, China, Japón y Estados Unidos. La empresa produce 5.000 nuevos modelos de gafas cada año con las 21 marcas que gestiona y está presente en alrededor de mil puntos de venta en ochenta países.
En 2020, De Rigo facturó 345,8 millones de euros, un 22,5% menos que el año anterior.
El wholesale aportó 179,3 millones de euros, un 29,6% menos, y el retail, 176,8 millones de euros, un 13,2% menos. Aunque el resultado operativo mejoró, las pérdidas netas ascendieron a 74,2 millones, frente a los 11,8 millones de 2019.