Empleo en la moda italiana: 60% mujeres, pero sólo 27% directivas
El informe Unpacking Pay Equity in Fashion: Italia, explica las particularidades de la industria italiana de la moda, las limitaciones de los indicadores actuales y los retos de igualdad salarial a los que se enfrenta el sector.
18 sep 2024 - 12:44
La industria italiana de la moda se caracteriza por una sobrerrepresentación de las mujeres, que mayoritariamente ocupan los puestos peor pagados. Esta es la principal conclusión que se extrae del informe Unpacking Pay Equity in Fashion: Italia, publicado por Global Fashion Agenda (GFA) y PwC Italia, que explora las percepciones y los retos actuales en materia de igualdad salarial en una de las industrias de la moda más influyentes de Europa.
Según datos del informe, en 2022, las mujeres representaban alrededor del 60% de la mano de obra en las industrias del textil, de la confección, y del cuero, el doble de la presencia femenina en todo el sector manufacturero italiano, que se sitúa en el 28,6%. Por sectores, las mujeres representan el 66,7% en el sector de la confección, el 48,6% en el sector textil y el 48,5% en el sector del cuero y el curtido. Situación que difiere de los datos observados a escala nacional en el mercado laboral, con una tasa de empleo femenino en 2023 del 52%, casi 20 puntos inferior a la masculina (70,4%).
La participación de la mujer en el mercado laboral italiano es generalmente baja en todos los sectores. Su tasa de empleo femenino es muy inferior a la de otros países europeos como Países Bajos (78,9%) o Suecia (75,6%), pero también inferior a Grecia (52,8%) y Rumanía (54,3%).
El 60% de la mano de obra en las industrias del textil, de la confección, y del cuero son mujeres
Aunque el informe apunta que las mujeres suelen ocupar los puestos con menor remuneración de la industria de la moda, los consejos de administración de las empresas de moda han incrementado la presencia de mujeres. En 2020 había un 21,3% de presencia femenina, cifra que incrementó hasta el 27% en 2023. No obstante, se constata una infrarrepresentación de las mujeres en los puestos directivos (en el sector del cuero y el curtido el 31% de los puestos directivos están ocupados por mujeres y en el sector textil desciende hasta el 17%).
Además, las condiciones de trabajo y los contratos varían significativamente entre géneros: más del 70% de los trabajadores a tiempo parcial son mujeres en la industria textil, y el 58% en la industria del curtido y el cuero. Un hecho que repercute en la brecha salarial y en una reducción significativa del salario medio femenino. Según datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INPS), la industria de la moda italiana tiene una brecha salarial del 19%.
En este sentido, según afirma Federica Marchionni, consejera delegada de Global Fashion Agenda, “abordar la brecha salarial de género en Italia y en la industria de la moda requiere un compromiso unificado de todas las partes interesadas”, y, añade “que el sector debe dar prioridad a la transparencia, la igualdad de oportunidades y una remuneración justa en toda la cadena de valor”.
Italia tiene una de las brechas salariales más pequeñas de Europa
En cuanto al crecimiento salarial, el caso de Italia también difiere del conjunto de Europa. Si bien en las dos últimas décadas los países del G7 han experimentado un crecimiento salarial, Italia registra el mayor decrecimiento, con un salario medio anual en términos reales en 2023 que ha caído un 3,3% en comparación con el 2000.
No obstante, la brecha salarial en el conjunto del mercado laboral italiano es una de las más pequeñas de Europa: entre 2012 y 2022, la brecha salarial en Italia disminuyó hasta el 4,3%, frente a la media europea del 12,7%. Este hecho se debe a la mayor representación en la población activa de mujeres con un mayor nivel educativo y, por tanto, con empleos bien remunerados, mientras que las mujeres con un menor nivel educativo (y, por lo general, salarios más bajos) tienen una menor tasa de participación en el mercado laboral.
El informe de Global Fashion Agenda (GFA) propone una serie de recomendaciones para abordar los retos de la igualdad salarial en la industria de la moda italiana. Estas, pasan por un cambio de perspectiva que apoye acuerdos laborales flexibles para atender a las responsabilidades familiares. Asimismo, propone mayor transparencia para garantizar salarios justos y prácticas laborales éticas. El desarrollo de herramientas normalizadas para la evaluación de la igualdad salarial y el fomento de la colaboración dentro del sector también se muestran como medidas eficaces para reducir la brecha salarial.