Opinión

‘Smart sourcing’ contra los cisnes negros

Gabriel Farías

13 feb 2020

‘Smart sourcing’ contra los cisnes negros

 

 

Durante estos últimos años, los profesionales del aprovisionamiento de la moda hemos podido comprobar como las crecientes tensiones comerciales han ido acelerando el desplazamiento del abastecimiento desde China hacia otros orígenes. Si a esta situación le añadimos los imponderables, aquellas situaciones totalmente imprevistas que pueden surgir a nivel mundial y que se transforman en verdaderos “cisnes negros” para el sector y la economía mundial, como la actual epidemia de coronavirus, la importancia de contar con más de un origen para un mismo estilo o colección ya no es una alternativa válida sino más bien una necesidad estratégica para cada una de las marcas de la moda.

 

En este mismo espacio, durante todo el transcurso del pasado año y por supuesto mucho antes de esta complicada situación actual generada por la epidemia, hemos venido analizando la creciente necesidad de las empresas de la moda de contar con un smart sourcing o aprovisionamiento multimodal que ofrezca una respuesta eficiente durante la normalidad y especialmente cuando la situación es adversa. De los artículos publicados, les recomiendo leer este de septiembre 2019 donde se resumen las alternativas: Moda 5.0: hacia una industria colaborativa

 

La nueva necesidad estratégica de la moda

En el mencionado reporte de la consultora internacional McKinsey del artículo anterior- El aprovisionamiento de la moda es multimodal y digital – se informa que efectivamente ha surgido una nueva tendencia en el abastecimiento de indumentaria propiciada por un ambiente de crecientes tensiones comerciales al que las compañías deben enfrentar y una situación de volatilidad permanente. Continuando con su análisis, podemos ver que los directivos de estas empresas, especialmente las radicadas en Estados Unidos, esperaban que este desafiante ambiente comercial tuviera un fuerte impacto en el desarrollo de los costos de abastecimiento durante los próximos años, sumándose a la propia presión sobre el margen proveniente de los consumidores.

 

Dado este escenario, queda claro que las empresas globales de la moda se enfrentan a una reestructuración de su cadena de valor y ello conlleva tanto nuevas barreras como oportunidades a medida que se disputan, renegocian o se generan nuevos acuerdos comerciales.

 

El reto del nearshoring: la producción local de tejido

Son muchas las variables a tener en cuenta a la hora de relocalizar la manufactura desde un origen asiático a uno local o de proximidad, pero sin duda alguna el que siempre se “pone sobre la mesa” cuando consultamos a los profesionales del sector y a los responsables de las marcas y la industria es el de la posibilidad de producción y abastecimiento del tejido en el propio origen. Este tema lo hemos prospectado en profundidad en los distintos artículos de este blog cuando hablamos de neorrelocalización y en particular en este post donde analizábamos la necesidad de volver a generar una industria vertical en los orígenes de cercanía: ¿Cuáles son los desafíos de la neorrelocalización de la moda?

 

EEUU se aleja de China; Europa aprovecha la situación

A nivel global la participación de China en el total de prendas exportadas ha ido disminuyendo en forma continua desde 2013. Incluso en términos de valor absoluto, se ha producido un pronunciado alejamiento de China. El valor de las exportaciones chinas de prendas de vestir tejidas cayó de 30.000 millones de dólares en el primer semestre de 2016 a 26.000 millones de dólares en el primer semestre de 2019, mientras que sus exportaciones de prendas de punto cayeron de 29.000 millones de dólares a 27.000 millones de dólares en el mismo período.

 

También debemos diferenciar la situación de las empresas estadounidenses de las europeas pues mientras que las de origen americano ya han reducido significativamente las compras en el Gran Dragón, la disminución de las compras en China es mucho menos pronunciada para las segundas. Incluso, y hasta cierto punto, las empresas europeas se están beneficiando del éxodo de sus homólogos estadounidenses de China y están aprovechando la capacidad disponible a medida que se calienta la competencia entre los proveedores chinos. Sin embargo, es poco probable que esto sea más que una situación de corto plazo, ya que los fabricantes chinos ya tienen altos niveles de eficiencia y no podrán financiar por mucho tiempo la competencia impulsada por la guerra de precios.

 

 

¿Qué países serán los beneficiarios del éxodo de China?

Siempre he considerado que Bangladesh es el origen más atractivo en función de una sustitución de China como origen de producción de indumentaria y desde un aspecto general y amplio. Vietnam sigue de cerca esta carrera, reduciendo la brecha y sin dejar de considerar que es un origen más especializado por tipo de indumentaria y atendiendo a ciertos rangos de costos de compra más específicos. Esta situación la vemos refrendada en el hecho de que el crecimiento de estos dos países es tan rápido que algunos compradores están empezando a enfrentarse a problemas de capacidad.

 

Cabe señalar que si bien el entusiasmo por Etiopía ha disminuido en relación a la euforia inicial, lo que considero totalmente normal en un proceso de instauración de un nuevo origen, si se siguen desarrollando sus infraestructuras como hasta la fecha, reduciendo la burocracia y aumentando la formación y experiencia de los trabajadores, este origen se consolidará como uno de los más relevantes a largo plazo.

 

 

¿Y qué hay de la producción en cercanía y local?

El constante cambio en las pautas de consumo y su combinación con los factores descriptos están catalizando el desarrollo de un modelo de aprovisionamiento más flexible y basado en la demanda que es multimodal y que utiliza de forma inteligente el nearshoring entre sus mecanismos.

 

Con el cierre de la brecha entre los costos del abastecimiento en proximidad y el de los principales orígenes asiáticos, cada vez más empresas de la moda consideran la posibilidad de trasladar su producción a cercanía de sus centros de comercialización. La voluntad para llevarlo a cabo y la capacidad de cambio que ostente la organización es lo que va a marcar la diferencia entre los ganadores y los perdedores en los próximos diez años.

El otro aspecto fundamental y al que personalmente considero más relevante, es que la demanda de los consumidores por productos sostenibles está aumentando progresivamente, así como las expectativas sociales sobre la industria de la moda.

 

 

Conclusión

Como consideramos al principio del artículo, si tenemos en cuenta la alta volatilidad macro y a las tenciones comerciales le sumamos los acontecimientos espontáneos- verdaderos cisnes negros para la industria- la necesidad de diversificar orígenes y tener más de una alternativa válida para un mismo estilo es una verdadera necesidad estratégica para las marcas de la moda. Y en esa ecuación no solo debemos considerar los orígenes asiáticos sino también los de proximidad. Hoy más que nunca la estrategia de aprovisionamiento de la moda debe estar fundamentada en el sourcing multimodal y la neorrelocalización.

¡Aquí nos volvemos a encontrar en el próximo artículo!

Gabriel Farías

Gabriel Farías

Gabriel Farías Iribarren -www.gabrielfariasiribarren.comes un profesional de la industria de la moda con una importante experiencia internacional en aprovisionamiento, compra y producción de textiles y accesorios en Latinoamérica, Europa, Asia y África. Gestor creativo y resolutivo, con enfoque estratégico y orientado a resultados, ha liderado importantes procesos de crecimiento empresarial y reducciones de costes. Autodidacta, muy curioso e inquieto desde muy temprana edad, ha combinado sus dos pasiones: el mundo corporativo y la moda.