‘Just Do It’ tú también
5 sep 2018
Empezar la rentrée con una polémica desatada alrededor de Nike, una de las mejores marcas de todos los tiempos, y poder opinar sobre ello es la mejor manera de empezar la temporada: posicionándose.
El revuelo se desató gracias a una nueva entrega de la campaña que celebra el 30 aniversario de Just Do It, el archifamoso claim de la marca, en la que, sobre un primerísimo plano de Colin Kaepernick, actualmente quarterback en paro de la norteamericana NFL (Liga Nacional de Fútbol), se lee Believe in something. Even if it means sacrificing everything. #JustDoIt.
Toda una declaración de intenciones. Kaepernick es un deportista que utiliza el poder del deporte para hacer visible su compromiso con las injusticias sociales contra la comunidad afroamericana a la que pertenece, y que empezó a manifestar públicamente arrodillándose durante el himno nacional antes de empezar los partidos, desatando la ira del presidente Trump, quien lo calificó de antipatriota.
Nike sabe lo que hace; se ha posicionado, se ha reivindicado, de nuevo, como la marca heroica que es
El resultado inmediato de la campaña: las redes sociales ardiendo bajo la etiqueta #NikeBoycott, usuarios de la marca quemando sus productos y amenazando no volver a comprarla, las acciones de la compañía cayendo casi un tres por ciento.
Pero Nike sabe lo que hace. Se ha posicionado, se ha reivindicado, de nuevo, como la marca heroica que es. Nike, desde hacía un tiempo, estaba acomodada en una cierta zona de confort: hacía muy bien su trabajo, pero nada más (y nada menos, quiero dejarlo claro). Era la primera, sí, pero la distancia respecto de otras marcas no era tanta como antaño, al fin y al cabo, los valores del mundo del deporte son los mismos para todas, y el arquetipo también.
Como marca, ha apostado por sobresalir de nuevo de la mano de un compromiso muy claro, más allá del deporte, aún a costa de hacer tambalear un ratito a sus inversores. Eso también es de valientes. Es reconocer que una marca no es para todos, y Nike está claro que no lo es, y lo sabe, porque conoce perfectamente a su público objetivo, posicionado a favor de Kaepernick: los jóvenes, los norteamericanos sensatos (obviamente anti-Trump), y, desde siempre, los afroamericanos. Y, por encima de todos ellos, aquellos que suelen reunirlo todo: los deportistas, que son el centro de la marca. Esta campaña acabará siendo tan mítica como la de Think Different de Apple. Al tiempo.
Nike sabe que no es una marca para todos porque conoce perfectamente a su público objetivo
Con ella, Nike ha vuelto a sus orígenes, y se ha (re)convertido en una marca enfocada, comprometida y valiente. En definitiva: una marca auténtica. Y estoy feliz por coincidir con mi admirado Martin Lindstrom, que también ha escrito al respecto, considerando que “la normalidad -entendida como adocenamiento-, podría significar la sentencia de muerte para una marca del siglo XXI”.
Pero como en todas las marcas, sobre Nike también planea un peligro: el de no cumplir con su compromiso. Ahora que se ha posicionado como una marca con unos valores que sobrepasan el mero ámbito deportivo, que recoge una reivindicación social en una era turbulenta, debe ser coherente en el futuro. Branding y postureo no son una buena combinación.
Si eres una persona auténtica, lo eres hasta las últimas consecuencias. Como Kaepernick; como la frase con la que Nike ha decidido ponerlo en primera línea: Cree en algo. Incluso si eso supone sacrificarlo todo. El copy va más allá del deportista, e implica también a la marca, que tal vez haya querido, de paso, posicionarse también en una nueva era, después de las recientes acusaciones de abuso sexual y discriminación de género hacia algunos de sus directivos, que finalmente tuvieron que abandonar la compañía.
Si se es una marca auténtica, se es también hasta las últimas consecuencias
Si eres una marca auténtica, lo eres también hasta las últimas consecuencias. Ojalá Nike lo sea, porque si no lo pagará caro. Ahora el foco está en Kaepernick, una figura muy acotada a su mercado patrio, pero Nike es una marca internacional y, aunque la actual polémica fuera de las fronteras USA no es tal, si no cumple con sus valores, con su compromiso, las mujeres (uno de sus focos principales de negocio) puede que no se lo perdonen. Cabe recordar la campaña feminista Juntas Imparables que acaba de lanzar para las mujeres en México está muy en esta línea de empoderamiento.
Como creo firmemente en que las marcas con valores pueden ayudarnos a cambiar el mundo, quiero creer que esta nueva etapa de Nike ha llegado para quedarse. Que las marcas con principios son mejores. Que los CEOs valientes son mejores. Que ser auténtico siempre tiene premio, especialmente en el territorio branding.
Querida marca, just do it tú también. Si quieres, puedes.
Inmaculada Urrea
Inmaculada Urrea. Mi lema: “No es marca si no pasa por el corazón”. Soy una consultora free spirit y me gusta ayudar a crear identidades de marca memorables. Llevo más de 30 años dedicada al sector de la moda y casi 20 como consultora de todo tipo de marcas. Me apasiona el branding y mis clientes, por este orden. Soy honesta, independiente y con criterio propio. Para mí, la marca está por encima de todo y de todos. Es una ética, además de una estética. Pienso siempre que a mis clientes su marca les importa tanto como a mí, así que me encanta enseñarles a gestionar su identidad, porque la marca es suya, no mía. Por cierto: tener un brandbook es necesario, pero no suficiente: sin implementación, no hay paraíso, ni beneficio. Sólo branding de postureo. Más información en mi antiweb: inmaculadaurrea.com
Otros artículos de Inmaculada Urrea
Fashion ‘Fake News’ de lujo
Idiotas, abstenerse
Mystery branding, misery branding
Cretinismo de luxe
Un nanosegundo en el metaverso
La sostenibilidad, el nuevo ‘hype’
Sin ‘branding’ no hay paraíso
La cucharilla del Ritz
Planeta Mis Cositas
La soledad del líder
El branding del día después
Llámenme visionaria: Delpozo no salió
El cliente nos da igual
Apple lo ha vuelto a hacer
Más Carolinas, ¿pa’ cuándo?
Salir del pozo no será fácil
‘Fashion serial killers’, capítulo III
Ser o no ser: en busca de la identidad perdida
Opiniones no, gracias
Ahora o nunca. Un texto sobre feminismo y moda (nupcial)
Artículos de otros autores
Descifrar al cliente: la clave de futuro de la moda
Capacidad, financiación e ilusión: los retos de los scraps
La tienda, el templo de la moda
Munford y la inacabada transformación digital de la moda
Inteligencia artificial: esperando al ‘game changer’ de la moda
Geopolítica: el tablero en el que también juega la moda
El castigo de los precios
Estamos haciendo historia
El propósito o el riesgo de convertirse en una marca ‘commodity’
Diversidad, equidad e inclusión… ¿de verdad?
Las materias primas recuperan la llave de la moda
El secreto de la sostenibilidad en la moda: más cívicos y menos cínicos
Carolina Herrera sigue siendo la emperatriz de Nueva York
The best and the brightest
Emisiones, agua y cambio climático: la huella ambiental de la moda
Una década de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid
ESG: diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad y derechos humanos
Economía circular y moda
Nuevas tendencias en la gestión del residuo textil
Igualdad, pero no mucho