Llámenme visionaria: Delpozo no salió
24 sep 2019
Ser visionaria es, en principio, una buena cosa, sobre todo si es para visualizar el camino propio a seguir. La cosa cambia cuando esa visión se convierte en la profecía profesional de lo que pasará cuando una marca no hace lo que debería. Y aquí es cuando una cualidad positiva se torna en un ¡bingo! pero sin la alegría que correspondería. Hablo de Delpozo, una vez más.
A principios de este año ya escribí sobre ello, y ocho meses después la marca no sólo está tocada, sino también hundida. Una pena, la verdad, pero, en este caso, cada uno tiene lo que se merece. ‘Manolete, Manolete, si no sabes torear, pa’ que te metes’ podría decirle a Perfumes y Diseño, que, según comunicado publicado en este medio, afirma que, a partir de ahora va a dedicarse exclusivamente en su foco, la perfumería selectiva.
Pues muy bien, obviamente es a lo que debería haberse dedicado también antes, porque las ganas de grandeza dirigiendo una marca supuestamente de lujo se pagan muy caras sin tener las cosas claras y las inversiones adecuadas. No quiero hacer leña del árbol caído, pero como siempre me toca poner el dedo en la llaga, hay que decirlo.
“El capital hay que saber invertirlo adecuadamente en qué y en quién”
Disponer de capital para invertir en una marca no es sinónimo de éxito (y muchísimo menos en lujo), y si no que le pregunten al tiburón Bernard Arnault (ni los mejores se salvan) por Christian Lacroix, a Goga Ashkenazi por Vionnet, o al grupo coreano Shinsegae por Poiret, por poner sólo algunos ejemplos.
El capital hay que saber invertirlo adecuadamente en qué y en quién. Y uno de los primeros qués es LA MARCA. Lo escribo en mayúsculas, porque parece ser que hay quien todavía no se entera. Branding first, todo lo demás, after. Óiganme, que no es tan difícil, sino simple sentido común. Y si es difícil para alguien, es que no se entera de nada.
Luego me dirán que si sólo escribo cuando una marca lo hace mal, pero es que ¿qué voy a hacer, si me lo ponen tan fácil? ¡Qué más quisiera que escribir sobre éxitos, o, incluso, equivocarme en mis predicciones! Pero hasta ahora, ni una ha fallado, y, humildemente, diré que no es tanto cuestión de visión, sino simplemente de sentido común y honestidad.
En branding no basta tener un brandbook, sino saber aplicarlo.
Ya que estamos, diré que creo que ambas cualidades son de lo que más valoran mis clientes cuando trabajamos juntos. Nunca les digo lo que quieren escuchar, sino lo que toca. Y eso muchas veces es bien, y otras (pocas) es mal. Diré también que la mayoría de veces me hacen caso, porque sus CEOs son personas sensatas; pero cuando no, ejemplos también tengo de estrepitosos fracasos. En branding no basta tener un brandbook, sino saber aplicarlo.
Retomando el asunto, en Delpozo el principal objetivo fue relanzar la marca internacionalmente y mantener el legado del creador español a través de su fundación, según su comunicado, y yo me digo que hacen bien en especificar lo de la fundación, porque la marca en sí apostó por el legado de Josep Font desde el primer día, olvidando a Jesús del Pozo. Más que Delpozo, debería haberse rebautizado Delfont. Y así le fue: Lutz Huelle no tenía nada que hacer.
La debacle de Delpozo no sólo se debe a no haber creído en el branding desde el primer momento
Ojo, voy a dejar claro que la debacle de Delpozo no sólo se debe a no haber creído en el branding desde el primer momento, pero lo que sí afirmo es que es una de las causas -para mí la primera-, porque todas las demás son su consecuencia. Sí: don Pedro Trólez debería haber creído en el branding (pero ¿qué esperar si en la web de Perfumes y Diseño los valores se confunden con la RSC?), y los CEOs que contrató (Ainhoa García, Pablo Badía), también.
Tal vez creían, pero si don Pedro no, nada había que hacer. Y, sin embargo, todos deberían haber compartido aquello tan mío de “No es marca si no pasa por el corazón”, y aplicarlo dentro de casa -a los equipos-, y fuera -clientes, partners-. Otro gallo les hubiera cantado. Lo de Delpozo y el branding no fue siquiera branding de postureo: a nivel de marca no pasó de ser una mera renovación de la imagen. Nada más.
No voy a extenderme, porque ya he escrito todo lo que debía. La verdad, me aburre tener que esgrimir siempre los mismos argumentos para rebatir los mismos errores, pero alguien ha de hacerlo, y a mí no me importa. Como profesional independiente, puedo y debo, mi honestidad lo demanda, y mi visión, también. Llámenme inusual consultora, y harán bien. Ser rebelde tiene sus causas, y gustar a todos no quiero.
Inmaculada Urrea
Inmaculada Urrea. Mi lema: “No es marca si no pasa por el corazón”. Soy una consultora free spirit y me gusta ayudar a crear identidades de marca memorables. Llevo más de 30 años dedicada al sector de la moda y casi 20 como consultora de todo tipo de marcas. Me apasiona el branding y mis clientes, por este orden. Soy honesta, independiente y con criterio propio. Para mí, la marca está por encima de todo y de todos. Es una ética, además de una estética. Pienso siempre que a mis clientes su marca les importa tanto como a mí, así que me encanta enseñarles a gestionar su identidad, porque la marca es suya, no mía. Por cierto: tener un brandbook es necesario, pero no suficiente: sin implementación, no hay paraíso, ni beneficio. Sólo branding de postureo. Más información en mi antiweb: inmaculadaurrea.com
Otros artículos de Inmaculada Urrea
Fashion ‘Fake News’ de lujo
Idiotas, abstenerse
Mystery branding, misery branding
Cretinismo de luxe
Un nanosegundo en el metaverso
La sostenibilidad, el nuevo ‘hype’
Sin ‘branding’ no hay paraíso
La cucharilla del Ritz
Planeta Mis Cositas
La soledad del líder
El branding del día después
El cliente nos da igual
Apple lo ha vuelto a hacer
Más Carolinas, ¿pa’ cuándo?
Salir del pozo no será fácil
‘Fashion serial killers’, capítulo III
‘Just Do It’ tú también
Ser o no ser: en busca de la identidad perdida
Opiniones no, gracias
Ahora o nunca. Un texto sobre feminismo y moda (nupcial)
Artículos de otros autores
Descifrar al cliente: la clave de futuro de la moda
Capacidad, financiación e ilusión: los retos de los scraps
La tienda, el templo de la moda
Munford y la inacabada transformación digital de la moda
Inteligencia artificial: esperando al ‘game changer’ de la moda
Geopolítica: el tablero en el que también juega la moda
El castigo de los precios
Estamos haciendo historia
El propósito o el riesgo de convertirse en una marca ‘commodity’
Diversidad, equidad e inclusión… ¿de verdad?
Las materias primas recuperan la llave de la moda
El secreto de la sostenibilidad en la moda: más cívicos y menos cínicos
Carolina Herrera sigue siendo la emperatriz de Nueva York
The best and the brightest
Emisiones, agua y cambio climático: la huella ambiental de la moda
Una década de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid
ESG: diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad y derechos humanos
Economía circular y moda
Nuevas tendencias en la gestión del residuo textil
Igualdad, pero no mucho