Nuevos actores a los que mirar

Hoy, Modaes.es estrena un nuevo producto editorial. A los Modaes.es Dossier, a la Revista Modaes o las decenas de informes que editamos a lo largo del año, lanzamos hoy Zoom, un nuevo formato de contenido que busca profundizar en un asunto en concreto adaptándose a la manera de consumir información en Internet: reportajes cortos que, juntos, tocan todos los vértices del tema en el que nos centramos. Somos conscientes de que nos queda mucho por hacer para dar respuesta a todas vuestras necesidades como lectores, pero este es un primer paso.

Para estrenar Zoom, profundizamos hoy en un modelo de consumo que está irrumpiendo con fuerza en el negocio de la moda: la segunda mano y la suscripción. Esta manera de consumir ha existido siempre, está claro, pero es ahora cuando empieza a dar lugar a modelos de negocio y nuevas empresas en el sector.

Desde la fundación de Modaes.es, periódicamente ha surgido la duda: ¿debemos escribir sobre la segunda mano? Hasta ahora, la respuesta había sido negativa, pues esta actividad estaba al margen de los canales organizados y se limitaba a reutilizar (sin el beneplácito de los actores principales) los recursos producidos por otros.

La situación actual, sin embargo, es diferente. Desde hace algunos años, compañías como Vestiaire Collective han sacado lustre a la venta de ropa de segunda mano, igual que Vente Privee (hoy Veepee) hizo en su día con los stocks. Además, gigantes del sector como Nike o Gap están apostando, poco a poco, por una derivada: la venta de moda por suscripción.

Este Zoom es para nosotros un punto de partida para comenzar a informar y analizar a todas aquellas empresas que apuesten por este modelo de distribución de moda, que algunos expertos consideran que constituye una amenaza para los gigantes mayor que, por ejemplo, Amazon.

Sin embargo, en mi opinión hay algo que no debemos perder de vista. Aunque la segunda mano y la suscripción se vistan hoy de verde con el ecologismo y el consumo responsable por bandera, en el fondo no son más que un síntoma del empobrecimiento de la población. Queremos seguir comprando moda, pero quizás no tenemos dinero suficiente para ello. En realidad, se trata de convertir en algo cool una carencia, como lo es el coliving con el hecho de compartir piso o el coworking en las oficinas.